La justicia argentina inició este miércoles por pedido de Estados Unidos el juicio de extradición a ese país de tres argentinos bajo cargos de corrupción en el llamado ‘FIFAgate’ que investiga millonarios sobornos en el rector del fútbol mundial.

Se trata de Eduardo Deluca, exsecretario general de la Conmebol entre 1986 y 2011 y hombre de confianza de Julio Grondona, el fallecido expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y vice de la FIFA.

En el proceso de extradición también están incluidos los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, bajo prisión domiciliaria y dueños de Full Play, una empresa de marketing y transmisiones de fútbol que tenía los derechos de difusión de las eliminatorias mundialistas sudamericanas y del torneo Sudamericano Sub 17, celebrado en marzo en Paraguay.

Los Jinkis, padre e hijo, se habían negado a la extradición ante un juez federal argentino, que ahora deberá resolver sobre el caso.

El escándalo en la FIFA estalló en mayo de 2015, cuando la justicia de Estados Unidos imputó a 14 miembros de la entidad y varios empresarios por apropiarse de unos 150 millones de dólares en los últimos 20 años.

Otro argentino, el empresario Alejandro Burzaco, exdirector de la empresa Torneos y Competencias, se entregó en junio pasado a la justicia en Italia y fue extraditado a Estados Unidos.

Burzaco se declaró no culpable por los delitos de extorsión, lavado de dinero y fraude electrónico, pero en noviembre pasado aceptó su responsabilidad en varios cargos tras un acuerdo con la fiscalía que le permitió la libertad bajo una fianza de 20 millones de dólares.

La justicia de Estados Unidos tiene causas contra unas 40 personas en el escándalo de corrupción en la FIFA, la mayoría exaltos dirigentes del fútbol del continente americano y dos compañías de marketing deportivo.

Quince de los acusados se han declarado culpables y aceptaron cooperar con la fiscalía a cambio de una posible reducción de penas -entre ellos el chileno Sergio Jadue- y otros 25 son actualmente juzgados.