Los paraguayos celebraron como nunca la victoria del jueves ante Chile. El ambiente previo les hizo sentir particularmente ofendidos, por eso tras la victoria los guaraníes lograron soltar ese nudo en la garganta que les apretó durante horas.

Del desinterés de los fanáticos que se palpitaba días antes se pasó rápidamente a una especia de causa nacional por lograr un triunfo ante la ‘Roja’, situación generada a consecuencia de las declaraciones previas en los medios, como por ejemplo la de Vidal (“Somos la mejor selección del mundo“).

En aquél país, los medios comenzaron a recordar actuaciones de anteriores selecciones que clasificaron a mundiales y en las que las de Chile quedaba en el camino, la arenga inclusive la acompañaban canciones nacionalistas para exaltar aún más el patriotismo.

La Federación Paraguaya de Fútbol también hacía lo suyo y contrató a un folclorista para que entonara canciones patrióticas en las sesiones de entrenamientos del combinado ‘Albirojo’, según recoge el medio Ovación.

En todas partes se comenzó a alistar un ambiente similar para enfrentar a los de Pizzi, que ya el propio técnico rival anticipaba aludiendo a las palabras del ‘Rey’ Arturo. “Guapo contra guapo, macho contra macho, 11 contra 11 es otra cosa, lo que se dice en la palabra hay que demostrarlo en la cancha“, explicaba.

Y tras el partido, el DT completaba su declaración reflejando las sensaciones que dejó el ‘match’.”Creo que ni cuando jugaba festejamos de esa manera“.

Según destaca el citado medio el ‘Chiqui’ Arce admitió que las declaraciones del hombre del Bayern München ayudaron indirectamente a consolidar la fe del equipo, y fue así como se comenzó a escribir la historia ya conocida, con un irreconocible juego de Chile que en ocho minutos vio pasar dos veces la pelota al fondo de la red.

El descuento del ‘King’ de poco sirvió, aunque con él a ratos se vio un mejor desempeño y esa máquina de pases que suele ser este equipo comenzó a surtir algo de efecto, el que no duró todo el compromiso pues el rival supo apretar y obligar al pelotazo, juego que a la Roja definitivamente no le da garantías y menos ante dicho rival.