La final de Copa Sudamericana perdida en 2006 por Colo Colo ante el Pachuca de México sigue generando mal sabor de boca en los hinchas albos cada vez que se recuerda.

Y eso fue precisamente lo que hizo Gabriel Caballero, exjugador de los ‘Tuzos’ y actual entrenador del FC Juárez de Ángelo Sagal y Bruno Romo.

El otrora volante, en diálogo con AS, le metió sal en la herida a los albos al recordar aquella final de 2006 en el Estadio Nacional, el único título Conmebol de un equipo mexicano.

“En la carrera del jugador hay momentos que son imborrables, que quedan para toda la vida. Ese, claramente, es uno de los más importantes. Fuimos el único equipo mexicano que ha logrado ganar un torneo de Conmebol, y lo conseguimos de visitante, contra jugadores de Colo Colo que en ese momento estaban marcando una época en Sudamérica y que luego, se asentaron en Europa. Teníamos un equipo con mucha personalidad y juego”, partió rememorando Caballero.

Sobre aquel partido, añadió que “nos daban por perdidos porque habíamos empatado en México, pero queríamos hacer historia. Ya en el partido íbamos perdiendo, pero estábamos mejor nosotros. Remontamos merecidamente el partido porque habíamos dominado en casi todos los sectores. Por momentos los jugadores de Colo Colo no pasaban la mitad de la cancha y no tocaban la pelota. Al final nos quedamos con el título en un estadio pletórico, que estaba lleno contra solo nosotros en la cancha y nuestros compañeros afuera”.

Respecto a las claves de ese partido, Caballero complementó que “fueron emocionales. Sabíamos a lo que íbamos porque ya lo habíamos visto. Colo Colo era un equipo muy fuerte y su gente lo acompañaba. Pero estábamos tranquilos, porque al igual que ellos, nuestra Copa fue muy buena. Perdimos un partido de visitante y los demás los ganamos. Colo Colo era el candidato por lo que estaba haciendo, por los jugadores que tenían, pero confiábamos en nuestro juego”.

Finalmente, el exvolante aseguró que algo que lo marcó en ese partido fue el silencio que se apoderó de los hinchas y jugadores albos.

“Recuerdo el entorno, por lejos. Cuando íbamos perdiendo y ver que alentaban muchísimo, cantaban con todo. Salimos a la cancha y era un marco imponente. A partir del 1-1 el estadio se quedó callado y con el segundo mucho más. Uno veía las caras de los jugadores de Colo Colo y también estaban callados. Miraba a la gente y nadie lo podía creer”, sentenció Caballero.