La noticia le llegó como un portazo en la cara. Felipe Flores, delantero de Deportes Antofagasta, conoció que perderá su casa en Chicureo, única propiedad que posee, tras perder una demanda impuesta por Blanco y Negro.

Todo se remonta a 2015 cuando, tras recibir una ofetra del Tijuana de México, el atacante conversó con Aníbal Mosa, entonces presidente de los albos, para que rescindiera de su contrato y pudiera negociar como jugador libre. El otrora timonel del ‘cacique’ aceptó pero obligó a Flores a firmar un pagaré de 100 mil dólares a favor de Blanco y Negro.

Para mala suerte del jugador, en tierras aztecas sufrió con el no pago de su pase y algunos meses de sueldo, lo que lo complicó para pagar su deuda con el ‘popular’.

Mosa pidió a los abogados del club resolver el tema judicialmente y, dos años después de presentada la demanda, el Cuarto Juzgado Civil de Santiago falló a favor de la concesionaria, por lo que la propiedad de Flores pasará a ser rematada por un monto no menor a 117 millones de pesos, el doble de lo adeudado con Colo Colo.

“Quedó destruido. No podía creer lo que le decía su abogado, pues nunca se enteró que tenía un juicio en su contra. Menos por una deuda que creía olvidada”, aseguró un amigo del jugador a La Cuarta.

Según el mismo medio, Flores siempre trató el tema de la demanda con Mosa y, según contó el círculo cercano del delantero, “jamás recibió una notificación judicial de la demanda que presentó el empresario sureño a nombre de la concesionaria blanca”.

El momento por el que pasa Flores no agradó en el camarín albo. Saben que los compromisos deben cumplirse, pero creen que se debió tener más consideración con uno de los jugadores que tanto le entregó al club cuando solo sumaba fracasos.

Por ende, algunos jugadores de Colo Colo, liderados por Esteban Paredes, se reunirán hoy con Mosa para que busque una salida alternativa y no llegar al remate de la viviendo del delantero, agendada para el próximo 18 de junio. La decisión ahora está en manos del empresario.