Una insólita situación se vivió en el duelo entre los Houston Rockets y Los Ángeles Clippers por una nueva jornada de la NBA.

Resulta que para ese encuentro volvieron a verse las caras dos viejos conocidos: Austin Rivers, jugador de los Rockets, y su padre Doc Rivers, entrenador de los Clippers.

Todo transcurría con normalidad, pero cuando restaba 1 minutos y 31 segundos en el tiempo del cuarto definitivo ocurrió lo impensado.

Los Rockets perdían 88-96 y Austin le pidió minutos a los jueces. Sin embargo, cuando se dio cuenta que solo le quedaba uno disponible, intentó cancelarlo.

Los jueces aceptaron la petición del jugador y eso molestó al entrenador de los Clippers, quien reclamó con todo.

La situación generó un tumulto, y mientras Doc intentaba explicarle su postura a los árbitros, atrás apareció su hijo y comenzó a hacer un gesto de una T con sus manos (movimiento que utilizan los jugadores de la NBA para reclamar falta técnica).

Su reclamo tuvo efecto y el entrenador fue expulsado del partido. Mientras se iba, Austin levantó sus brazos, pidiéndole al público que festejara la expulsión de su padre.

Tras el partido, que terminó con victoria de los Houston por 102-93, el basquetbolista explicó a los medios lo que había sucedido.

“Lo amo, es mi padre, pero en verdad disfruté el momento”, dijo Austin Rivers.

Por otro lado, el jefe de la terna arbitral Tony Brothers, fue más allá y entregó una explicación más detallada.

“Le dimos opción a que se calme y recupere la compostura después de enojarse por haber pedido el tiempo muerto. No lo hizo, entró al campo e impidió que reanudáramos el partido, lo que costó la primera falta técnica. Luego, se mantuvo en la pista por lo que recibió la segunda y fue expulsado, cerró.