La Federación Internacional de Básquetbol (FIBA) suspendió a 13 jugadores involucrados en una gran pelea durante el partido Australia-Filipinas, disputado el 2 de julio en Manila en el marco de la clasificación para el Mundial 2019.

De los 13 jugadores, diez son filipilinos, además de dos entrenadores de la selección asiática. Han recibido sanciones que van de un partido a seis.

Las federaciones de los dos países, así como el entrenador principal filipino, recibieron multas por un montante total de 310.000 euros, 215.000 para la Federación Filipina.

El cuerpo arbitral del partido también fue suspendido de toda competición internacional durante un año.

Jugadores perseguidos sobre la cancha de juego y fuera de ella, intercambio de puñetazos y patadas, una silla volando, árbitros desbordados: el Manila Arena se convirtió el 2 de julio en un cuadrilátero de boxeo durante el tercer cuarto del partido.

Los árbitros pudieron finalmente recuperar la normalidad después de la expulsión de 13 jugadores, nueve filipinos y cuatro australianos. El partido no se reanudó y Australia fue declarada ganadora (89-53).

“Condenamos cualquier forma de violencia, dentro y fuera del terreno de juego. El respeto, la deportividad y el profesionalismo se esperan por parte de jugadores, árbitros y de todas las partes que participan en los partidos”, señaló la FIBA en su comunicado.