Como todo los años la NBA deja varias historias para el recuerdo y en esta edición Los Angeles Lakers dejaron un mensaje más que claro: Nunca te rindas.

El protagonista de esta historia es Andre Ingram, un jugador de básquetbol, que a diferencia de su compañeros, no tiene un rostro juvenil y ya tiene unas pocas canas. Pero ayer en la noche cumplió su sueño de debutar en la máxima liga de Estados Unidos con sus 32 años y lo hizo a lo grande al marcar 19 puntos (6/8) con un 75% de efectividad.

Con ese registro, Ingram se convertió en el cuarto jugador debutante más anotador de Los Angeles Lakers y solo es superado por grandes estrellas del equipo como Nick Van Exel, Jerry West y Magic Johnson.

En 2007 terminó de jugar por la Universidad de Washington pero no que seleccionado en el Draft de ese año. Fue allí cuando comenzó su larga travesía por la Liga de Desarrollo (G-League).

Ahí defendió los colores de Utah Flash y Los Angeles D-Fenders (Hoy llamados South Bay Lakers).

En ese campeonato jugó por 10 años, pero Ingram no se rindió. Hace algunos días Los Angeles Lakers le ofreció un contrato por 10 días para jugar los dos últimos partidos de la temporada regular: contra los Rockets y Clippers.

Contra los de Houston se lució, comenzó desde el banquillo y jugó 29 minutos para marcar sus primeros registros en la NBA. Fue tanta la ovación del público que todo el estadio comenzó a gritar MVP.

Como si fuera poco, el entrenador Luke Walton le regaló el balón del partido en el camarin de los Lakers. Ingram entregó una gran lección: Nunca te rindas.

Revisa acá parte de la actuación de Ingram: