Esta noche se desarrollará una nueva versión de la tradicional cita de la NBA: los All Star Games 2018.

El evento que reúne a los mejores basquetbolistas del período en un partido de carácter amistoso será, nuevamente, todo un espectáculo para los asistentes que se deleitarán viendo las habilidades de las grandes estrellas de baloncesto estadounidense.

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Eso sí, en el historial de dicha fiesta no todo ha sido alegría y algarabía, ya que hace unos cuantos años atrás, uno de los mejores exponentes de la disciplina sufrió un bochorno que de seguro recuerda hasta estos días.

Se trata de Michael Jordan, el ’23’ de los Chicago Bulls, quien en el año 1990 decidió inscribirse en la cita, sin saber que ese día lograría la peor presentación de su carrera deportiva.

Y que es Jordan, quien no solo ingresó al Salón de la Fama por su exitosa carrera, sino que también sumó seis anillos de la NBA así como un impactante registro que no ha podido ser superado, causó extrañeza cuando en el 1990 decidió participar en el evento.

¿La razón? Era un secreto a voces que su habilidad con la esférica era magnífica hasta que llegaba el momento de lanzar triples. Pese a esto, el oriundo de Brooklyn fue testarudo y quiso desafiarse aún cuando sabía que las cosas podían tener un revés distinto al planteado.

A su lado se encontraban especialistas de la talla de Larry Bird, Reggie Miller, Craig Hodges, Craig Ehlo, Bobby Hansen, Jon Sundvold y Mark Price , quienes se darían cita en la competencia se triples.

Y bueno, todo iba bien hasta le tocó el turno al histórico basquetbolista, quien entró al campo de juego al mismo tiempo que lo hizo Craig Hodges.

Y es que Jordan quiso demostrar su enorme calidad lanzando desde fuera, pero de los 30 tiros que debía concretar, solo conectó 5, logrando un 16,6% de rendimiento, bastante lejano al 42,7% que logró en la temporada 95/96.

Como era de esperar, todos quedaron sorprendidos al ver como la mega estrella fallaba una y otra vez desde fuera del perímetro, lo que terminó dando por ganador a su rival.

Eso sí, pese a que el ganador de la batalla fue Craig Hodge, quien se alzó con el flamante título de la competencia, Jordan igual se robó todas las miradas, ya que ese día sufrió uno de los reveses más duros de su carrera, el que le llegó directamente al ego.

¿Su Moraleja? No tirarse al río si no se está seguro de que se podrá cruzar, ya desde ese día en adelante nunca más volvió a inscribir su nombre en dichos juegos.

Revisa el registro a continuación: