Más de alguno ha sufrido un percance en los estadios, desde un tropezón subiendo la escalera hasta la caída del snack por la emoción del partido.

Sin embargo, lo que le ocurrió a un pobre fanático de los Cincinnati Reds de la MLB supera toda racha de mala suerte.

Durante el partido de su equipo ante los Arizona Diamondbacks, el hincha intentó atrapar la pelota tras un home run para dársela a su hijo. Pero la consecuencias fueron nefastas.

Primero, al hombre se le escapó la esférica desde sus manos. Luego, cuanto intentó recuperarla, se cayó entre los asientos perdiendo una zapatilla y botando sus nachos al suelo.

Cuando pudo ponerse en pie, el fanático vio a otro niño con la pelota en sus manos y a su hijo tomándose la cabeza por la mala suerte de su padre.

Pese al ridículo, el momento terminó en un abrazo entre el enojado menor y su avergonzado padre.