Un hecho insólito se vivió en el fútbol de Holanda. Jugaban el Feyenoord y el PSV Eindhoven, líder del certamen holandés, en uno de los clásicos de la Eredivisie y en un entretenido y parejo duelo disputado en el Stadion de Feyenoord.

Los locales ganaban 2-1 pero el PSV estaba cerca de conseguir el empate. Y fue en un ataque de los visitantes a los 74 minutos cuando, desde las gradas, cayó una pelota lanzada por la hinchada local que se interpuso en la jugada y obligó al árbitro a detener la acción.

El descontento de los jugadores del PSV se hizo notar con los reclamos al juez y los emplazamientos de algunos jugadores hacia los fanáticos del Feyenoord.

En lo deportivo, el Feyenoord derrotó 2-1 al PSV y acortó a 10 puntos su distancia con el líder, teniendo un partido pendiente, y se instaló en la tercera ubicación de la Eridivisie.