Un gol de esos para enmarcar y pegar en la pared fue el que se vivió en el duelo que el Sparta de Rotterdam y el Dordrecht protagonizaron este fin de semana por el partido del playoffs de ascenso a la Eredivisie de Holanda.

Cuando faltaba un minuto para el pitazo final, el holandés Stijn Spierings, delantero del Sparta, se despachó un remate de más de 40 metros de distancia, clavando la esférica de lleno en el arco.

¿El problema? El tanto lo anotó en su propio pórtico. El atacante intentó cortar una arremetida contraria y no encontró mejor manera que despejar la “caprichosa” con un certero remate.

Fue así como el balón poco a poco se fue cerrando, evitando que el golero lo pudiera detener y pasando a la historia por ser uno de los goles más “surrealista” de los últimos tiempos.

Eso sí, la responsabilidad no fue solamente del jugador, ya que el meta de su equipo no quiso tomarla con la manos -pensando que el árbitro podría interpretar la jugada como un pase y por ende, cobrar un tiro libre indirecto en el área- intentando despejarla con la cabeza, lo que fue todo un error.

Este magistral autogol significó el 1-1 del cotejo. Sin embargo, y para suerte de Stijn Spierings, su equipo pudo dar vuelta el marcador, venciendo a su rival por 2 tantos a 1 y quedando mucho más cerca de mantener la categoría un año más.

Revisa la monumental jugada a continuación: