Todos los deportes de contacto tienen sus riesgos. Los boxeadores y luchadores de artes marciales mixtas suelen quedar con dolorosas secuelas tras sus combates. Ojos completamente hinchados y morados, la perdida ocasional de algún diente o la fractura de alguna pierna suelen ser los accidentes que más se repiten, sin embargo, lo que le ocurrió al luchador de la UFC, Devin Powell, podría catalogarse como lo más doloroso de todo.

Durante una sesión de entrenamiento con el veterano Joe Lauzon, el malogrado luchador sufrió la ruptura de uno de sus testículos. Quizás la adrenalina del momento no le hizo alertarse del terrible daño que le provocó, pero según sus propias palabras, tuvo que pasar un día y medio para que fuera por atención médica.

Ya en el hospital, Powell debió someterse a una dolorosa operación en donde le drenaron toda la sangre acumulada en su testículo. A pesar de todo esto, el luchador se mostró con un buen sentido del humor en todo momento y a través de su Instagram narró su historia .

Con los pulgares hacia arriba y una cara bastante feliz para el momento que vivió, Powell comentó que “la cirugía fue un éxito y ahora me encuentro en recuperación. No puedo esperar para volver a la jaula de la UFC. Esta será la primera vez desde mi última pelea que estaré obligado a reposo total por varios días seguidos”.

En primera instancia, Powell había dicho que todo se ocasionó a causa de un terrible rodillazo que le dió su compañero de entrenamiento, aunque con las horas, el luchador aclaró el accidente. “Quisiera aclarar sobre mi lesión, que esta se produjo durante un intento de cambio de guardia, no practicando rodillazos en el suelo como había dicho, lo dije como una broma cuando entraba a cirugía pero luego la historia se esparció de forma muy rápida”.