Jamás festejes antes de tiempo, porque en una de esas, el ‘pan se te puede quemar en la puerta del horno’.

Al parecer, el arquero del Satri Angthong del fútbol tailandés, le quedará marcada esa recomendación, pues protagonizó uno de los hechos más tragicómicos en lo que va del año.

Su equipo se enfrentaba al Bangkok Sports Club en semifinales de un torneo local, en el Queen Sirikit Anniversary Stadium. El partido había terminado 2-2 y los lanzamientos penales se avecinaban.

Increíblemente, la definición estaba igualada 19-19 y el portero del Bangkok se dispuso a patear su penal.

Miró, calculó la distancia y sirvió. El balón se fue hacia arriba y chocó directo en el travesaño y se fue hacia arriba.

El meta rival corrió de emoción hacia el centro del campo, mientras que el jugador del Bangkok miró hacia el piso, lamentando su mala fortuna.

Pero como si se tratara de una acto de magia, el esférico cayó y en un extraño efecto se fue al fondo de la red.

El arquero rival reaccionó tarde y no pudo hacer nada, mientas que el nuevo goleador festejó con todo el tanto.

“La pelota rebotó y luego comenzó a retroceder. La multitud lo vio pero el portero no”, dijo uno de los espectadores a The Sun.

“Fue gracioso, pero el portero se sintió un poco tonto después. Parecía que iba a llorar”, agregó.

Finalmente, el Satri Angthong fallaría su siguiente penal, dándole el paso a la final al Bangkok.