No son lilas, son verdes, pero tienen tanto en común con el elenco del Bío Bío que se le puede llamar el “Deportes Concepción” de Irlanda. Es el Cork City FC, que recientemente se coronó campeón de la Premier League de su país.

Las coincidencias aparecen hasta en los detalles. El equipo representa a la ciudad de Cork, la segunda más grande del país europeo, conocida como la “Rebel County”, por su protagonismo en la Guerra de Independencia de Irlanda. ¿Le suena similar a la ciudad de Concepción?

Ambos son equipos relativamente jóvenes. Deportes Concepción aparece en escena en 1966, mientras que el Cork City FC fue fundado en 1984. Otro dato para esta “hermandad”: los dos nacen de la fusión de varios clubes pequeños de sus barrios.

La historia del ‘Cork’ no ha sido muy exitosa, hasta hace unos días registraba sólo dos títulos de liga, en 1993 y en 2005. Si bien el ‘Conce’ no ha gritado campeón, sus mayores logros casi coinciden en el tiempo: las destacadas participaciones en las Libertadores de 1991 y 2001.

Después de pasar años dependiendo de los recursos de empresarios locales, los verdes también vieron en la apertura a inversionistas la oportunidad para crecer.

“Un grupo inversor llamado Arkaga compró el club, impuso su estructura y empezó una corta pero nefasta época de dispendio. Sueldos elevadísimos, primas totalmente descabelladas y condiciones contractuales nunca vistas antes en el fútbol irlandés”, detalla el sitio Marcadorint.

La federación irlandesa tomó cartas en el asunto ante los repetidos sueldos impagos. En 2008 la justicia le quitó la licencia al Cork City FC, la presidencia renunció y al no existir inversores que se hicieran cargo de las deudas, el club desapareció.

En este punto, la historia es calcada a la que vivió el ‘León de Collao’ con sus últimas administraciones.

El milagro nace de los hinchas

Con el Cork City FC descalificado, el renacer estuvo en manos de sus seguidores. Un exdirigente, Brian Lennox, junto a un grupo de fanáticos se reunieron en una tienda de comida rápida -papas fritas, para ser exacto- con el objetivo de salvar al club. Formaron el “FORAS” (Friends of Rebel Army Society), refundaron el equipo con juveniles y como una cooperativa -donde los hinchas son los socios- consiguieron la estabilidad económica. Posteriormente llegó la autorización de la federación para ingresar a la segunda división en 2010.

El desafío era mayor. Cuando recibieron la confirmación tenían sólo nueve días para formar un plantel competitivo.

El año siguiente consiguieron el campeonato y con ello el retorno a la ‘Premier’. A esas alturas, el elenco verde se había transformado en el más popular, con fanáticos que llenaban fecha a fecha cada rincón de su estadio, el Turners Cross.

“Mucha gente nos veía como un simple grupo de aficionados, y nos decían que los aficionados no tienen que meterse en la gestión. Pero formamos grupos de trabajo en los que cada uno pudiera aplicar sus conocimientos profesionales al club de fútbol. Resulta paradójico porque a base de horas y horas del voluntariado de muchos conseguimos estabilizar el club en la Premier y hacer que los jugadores de nuestra plantilla sean profesionales a tiempo completo”, comentó al citado medio una seguidora del club.

En 2014 estuvieron a punto de conseguir la gloria, pero no fue hasta este martes, cuando un empate 0-0 ante el Derry City FC fue suficiente para levantar la copa, dejando atrás años de sufrimiento y escribiendo un pasaje en la historia del fútbol europeo.

Una esperanza para los fanáticos lilas, que pueden ver en el Cork City un referente, y por qué no un ejemplo que les permita soñar con volver al fútbol rentado y levantar algún día su primera copa en la máxima categoría.