Los aplausos caen con fuerza desde las graderías del Monumental para Christofer Gonzales. El peruano, contento, no hace grandes aspavientos. Él sigue en lo suyo, jugando. La satisfacción va por dentro.

Dicen que las segundas oportunidades nunca son buenas en el fútbol. Bien lo saben Humberto Suazo, Darío Botinelli y Claudio Maldonado, por nombrar algunos. Pero siempre hay excepciones y ‘Canchita’ quiere demostrar ser una de ellas. Tras un magro primer paso en el ‘Cacique’, y un viaje a Perú del que se pensó no volvería, hoy el incaico cada vez cuenta más para Pablo Guede.

Llegó a mediados de 2015 a un Colo Colo en el que recién asumía José Luis Sierra. El mediocampista traía buen cartel: había sido figura en Universitario y hasta alguna nominación a su selección se había ganado. El plan de la U de Lima, que retuvo el 50% del pase, era que el fútbol chileno sirviera como trampolín para dar el tan anhelado salto a Europa. Fue titular en los partidos de Copa Chile y sumó minutos en el arranque del campeonato. Esas actuaciones dejaron ver a un jugador de buen pie, habilidoso, con ida y vuelta. Pero poco a poco su participación fue disminuyendo hasta quedar en el olvido a fines de temporada.

“Está claro que el técnico no me quiere, no sé porqué. Supongo que debe tener un problema psicológico, algo entre Perú y Chile, que se le debe meter por la cabeza porque hasta medios de Chile no entendían porque no jugaba”, disparó el futbolista en su salida.

A mitad del año pasado volvió a su país, al modesto César Vallejo, equipo que peleaba por no perder la categoría. Tras buenos, pero no descollantes, seis meses tuvo que volver a Colo Colo, por contrato. Ya casi nadie siquiera se acordaba de él, se esperaba otro préstamo o una venta para hacer caja. Pero Guede sorprendió: “Quiero que ‘Canchita’ se quede”. Esperemos que se resuelva el tema de los cupos. Si no, jugará solo la Libertadores”.

Archivo | AgenciaUno
Archivo | AgenciaUno

Finalmente, las lesiones y la nacionalización de Ramón Fernández le abrieron un cupo en la plantilla. El peruano, si bien aún no es titular indiscutido, ha sumado minutos y buenas actuaciones en Colo Colo. Fue de lo poco rescatable en la llave ante Botafogo y en el torneo chileno ha hecho cierta diferencia cuando tiene la oportunidad.

Su caso no es único en Macul. Esteban Paredes también ha gozado de una exitosa segunda estancia con el ‘Cacique’. El ariete abandonó la tienda alba en 2012. El recuerdo de su monumental partido en la final del Clausura 2009 ante la UC y que fuese uno de los pocos que tomase las banderas en uno de los peores Colo Colo que se han visto le valieron la condición ídolo. Sin embargo, se fue peleado con la dirigencia de Blanco y Negro, que no le quiso arreglar el contrato. Siendo goleador en México, arregló sus desavenencias con los regentes del club y selló su vuelta a principios de 2014. Con él en cancha, el equipo por fin pudo levantar la esquiva estrella número 30. Hoy es el tercer máximo artillero en la historia del club.

Los retornos que pusieron fin a la sequía de la UC

A comienzos de 2015, la Universidad Católica anunció la contratación de José Pedro Fuenzalida. El ‘Chapa’ volvía al club en el que se formó y que abandonó a mediados de 2007, aduciendo que quería estudiar Ingeniería. Seis meses después de ese temprano retiro, apareció con la camiseta de Colo Colo, ganándose el rencor de una buena parte de la hinchada cruzada. Su ‘traición’ aún no se había olvidado.

Salvo un préstamo a O’Higgins de Rancagua, el ciclo del ‘Chapa’ en los albos fue ininterrumpido. Le costó, pero se ganó un lugar en Pedrero. Su buen rendimiento le abrió las puertas de la selección y de Boca Juniors, el gigante argentino. En Buenos Aires nunca contó con mucho protagonismo, por lo que decidió pegar la vuelta al club en el que todo empezó. Su llegada, vista con recelo al principio, fue clave para el equipo conducido por Mario Salas. Escorado en la derecha del ataque cruzado, fue titular indiscutido. Anotó el tanto que puso fin a la maldición cruzada ante Audax Italiano y también hizo el gol del triunfo ante la U en la final de la Supercopa.

Archivo | AgenciaUno
Archivo | AgenciaUno

El de Fuenzalida no fue el único retorno que se vivió en San Carlos de Apoquindo a principios del 2015. Nicolás Castillo volvió de Europa al club en el que se hizo futbolista. El ‘Nico’ se fue como una de las grandes promesas del fútbol nacional al extranjero, un nueve de área con porte y olfato que prometía goles a raudales. El Brujas lo fichó, pero en Bélgica nunca se halló. Tampoco en Alemania ni en Italia.

En Católica volvió a llenarse de fútbol, a sentirse importante. Se transformó en la punta de lanza del ataque del equipo de Salas. Anotó a destajo. Goles que pavimentaron el camino al éxito de la UC . Su buen nivel llamó la atención de los Pumas de México. Allí está teniendo su revancha a nivel internacional.

Bajo el alero de Sampaoli

Johnny Herrera tuvo que dar una vuelta larga para volver a la U. El ‘Samurai azul’ dejó la tienda estudiantil luego de la final del 2005 ante la Universidad Católica para partir al Corinthians, que venía de ganar el Brasileirao. En el ‘Timao’ apenas jugó y en 2007 fichó por Everton, equipo en el que terminaría siendo campeón un año más tarde ante su rival preferido: Colo Colo. Luego pasó a Audax, donde estuvo dos temporadas.

Los años pasaban y Herrera, consciente de que aún le quedaba mucho fuelle, no ocultaba sus deseos de volver al club del que es hincha. “No creo que sea tan caro”, le avisó a la dirigencia a fines de 2010.

A principios de 2011,
y con la llegada de Jorge Sampaoli al banco azul, su deseo se cumplió. Desde entonces ha ganado: 1 Copa Sudamericana, 4 torneos nacionales, 2 Copas Chile y una Supercopa de Chile. Es el dueño indiscutido del arco estudiantil, donde ha agigantado su leyenda y se ha consolidado como el último gran ídolo universitario.

Archivo | AgenciaUno
Archivo | AgenciaUno

El arribo del casildense también le brindó una oportunidad a Marcelo Díaz. ‘Carepato’ venía regresando de un préstamo en La Serena y ya tenía todo arreglado para partir nuevamente, esta vez a Huachipato. El hoy técnico del Sevilla detuvo la transferencia.

El mediocampista pasó el primer semestre entrando desde la banca, pero con la ida de Felipe Seymour al Calcio italiano se transformó en el barómetro del equipo que dominó Sudamérica. Junto a Charles Aránguiz y Gustavo Lorenzetti formó una de las mejores líneas de volante que se ha visto por acá: intensa, ordenada y con influencia en las dos áreas. Era él quien que daba la salida limpia, marcaba los tiempos y ordenaba a sus compañeros. Todo un estratega con uniforme de futbolista. Su muy buen cometido le abrió las puertas del fútbol europeo y también de la selección, en la que es número puesto.