Arsenal no lograba encontrar la fórmula para vencer a Ludogorets. El marcador estaba igualado a dos tantos, pero, a escasos minutos del final, apareció la magia de Mesut Özil que con una fenomenal maniobra anotó el 3-2 definitivo.

El alemán recibió un largo pase y se fue solo hacia el arco defendido por Milan Borjan. Ante la salida del meta, el volante lo eludió con un globito y, cuando tenía todo para marcar, amagó a dos defensores que observaron en el piso el golazo del número ’11’ de los gunners.

La conquista de Özil sirvió para que los de Arsène Wenger aseguraran su clasificación a octavos de la Champions League 2016-17.