La Orquesta Filarmónica de Chile debutó este jueves 7, en el Centro de las Artes 660 con un concierto de gran jerarquía, titulado “Noche Tchaikovsky”, con la importante participación del popular y virtuoso violinista taiwanés australiano de fama internacional Ray Chen (27).

Bajo la dirección del joven maestro nacional Paolo Bortolameolli, la programación comprendió tres obras del gran compositor ruso Piotr Ilitch Tchaikowsky: la Obertura Fantasía “Romeo y Julieta”, el Concierto para violín y orquesta y la Quinta Sinfonía.

Ray Chen es, sin duda, un ídolo juvenil del violín de gran popularidad internacional de nuestros tiempos, con una personalidad desbordante. No sólo encanta con su virtuosismo, sino que sobresale por su impresionante bagaje técnico, su individualismo y seguridad y la emoción sobrecogedora con que se entrega a lo que interpreta. Una vez más, este jueves en CorpArtes lució su jerarquía, su especial llegada y su calidad de músico puro, con todas las habilidades de un auténtico intérprete.

En referencia a su compromisos con el concierto de Tchaikowsky, el violinista taiwanés ha expresado que considera que éste se ha ganado el título del “más popular concierto para violín”, ya que es una pieza maravillosa llena de nobleza, triunfo heroico, y con una inmensa belleza en su profundidad musical. Este concierto ha aparecido varias veces en mi vida en los momentos más cruciales: yo tenía 13 años cuando lo abordé por primera vez con orquesta en un concurso nacional en Australia, y esa presentación se convirtió en la razón por la que decidí que quería ser violinista profesional. Me ayudó de nuevo en 2009, esta vez cuando gané el Concurso de violín Reina Elizabeth, que fue el puntapié inicial de mi carrera… Se podría decir que este concierto y yo somos viejos amigos”.

Para coronar su noche triunfal, en medio de atronadores aplausos que celebraron su magnífica presentación, Ray Shen ofreció dos “encore” igualmente ovacionados: un Capricho de Paganini y una gavota de Bach.

En tanto, Paolo Bortolameolli, el joven maestro Nacional quien tuvo una brillante participación en el reciente concurso internacional en Bamberg, Alemania, cumlió con una brillante conducción como director invitado, de una renovada Orquesta Filarmónica de Chile, en un programa “que reflejó plenamente el espíritu del maestro ruso, en especial con sus obras dramáticas que destacan el motivo del destino”. Al comienzo del espectáculo exhibió dominio de la batuta y gran control sobre el grupo orquestal, con la dulce obertura fantasía “Romeo y Julieta” y luego mostró una soberbia y maciza conducción, con enérgico dominio y una poderosa energía, al afrontar la Quinta Sinfonía, obra emblemática de gran intensidad expresiva de Tchaikowsky, talentoso compositor de vida ensombrecida por la tragedia y la fatalidad.