En todo el mundo se vivió la final de la Copa América Centenario entre La Roja y Argentina. En Francia, París, hinchas chilenos y trasandinos se reunieron en un bar para presenciar la infartante definición, aunque con algunas diferencias.
Resulta que llegaron los lanzamientos penales y los ánimos se comenzaron a calentar, sobretodo cuando Francisco Silva convirtió el tanto que le dio el triunfo y campeonato al equipo de Juan Antonio Pizzi.
Tras el título, los hinchas chilenos comenzaron a cantar y a gritar, celebración que no le gustó para nada a los argentinos, quienes respondieron con puños y patadas.
Por unos segundos se temió lo peor, pero los dueños del bar intervinieron para que la pelea no pasara a mayores.