Alemania quiere recurrir a los teléfonos móviles y a la tecnología bluetooth para luchar contra la pandemia de coronavirus, a pesar de su tradicional reticencia a usar los datos personales de sus ciudadanos.

La propia Angela Merkel -que habla con frecuencia de su juventud bajo vigilancia en la Alemania del Este- dijo el miércoles estar “lista” para utilizar la tecnología si es eficaz contra el virus.

Por el momento Alemania parece contener mejor que sus vecinos la epidemia, con menos de 900 fallecidos, según cifras oficiales, gracias a su política de test a gran escala.

Por eso el país no aplica de momento el confinamiento estricto y generalizado como sí hacen Francia, Italia o España.

El gobierno ya está preparando la próximo fase con la posible flexibilización a finales de este mes de las medidas de distanciamiento social y el cierre de lugares públicos.

Sin embargo el ministro de Sanidad, Jens Spahn, dijo que “para que sea posible tenemos que poder identificar y ponernos en contacto rápidamente con todas las personas que estuvieron en contacto con una persona infectada”.

En marzo el gobierno ya tuvo que dar marcha atrás en su plan para utilizar los datos personales de los ciudadanos.

Según ese plan, los operadores de telefonía móvil habrían proporcionado los datos de unos 46 millones de sus clientes en Alemania para identificar los contactos de las personas enfermas.

Una medida sin embargo considerada intolerable por muchos en este país, marcado por el espionaje y el control del régimen nazi y más tarde por la Stasi, la policía política de Alemania del Este.

Finalmente el gobierno decidió proponer otro dispositivo que se basaría en el voluntariado.

El proyecto se basaría en una aplicación que almacenaría durante 15 días, sin geolocalización y garantizando la protección de datos, las interacciones de los usuarios gracias a la tecnología bluetooth, que transforma el teléfono en un emisor y receptor de señales.

Si una persona está infectada, la aplicación mandaría una señal (“push”) a todas las personas con las que se cruzó en las dos semanas anteriores para advertir del riesgo de contagio.

Solo las personas que hubieran descargado la aplicación recibirían la advertencia del peligro de contagio. Por otra parte se garantizaría el anonimato del enfermo.

El ejemplo de Singapur

El sistema se inspira de uno similar que se usa en Singapur, donde la epidemia de coronavirus pudo ser contenida pese a la alta densidad de población de esta ciudad-Estado.

En Alemania el dispositivo está siendo desarrollado por el instituto Fraunhofer Heinrich-Hertz (HHI) por la parte de las telecomunicaciones y por el instituto Robert-Koch por la parte epidemiológica.

“El Fraunhofer HHI trabaja en una aplicación que permitirá almacenar de manera anónima la proximidad y la duración de los contactos entre personas en teléfonos portátiles a lo largo de las dos últimas semanas”, confirmó a la AFP un portavoz de la compañía.

El miércoles estaba previsto un primer test del sistema en un cuartel militar de Berlín. El uso de datos personales fue aprobado por la comisión federal de protección de datos pero con algunas condiciones.

“La recogida y la evaluación de datos personales para romper las cadenas de infección solo puede tener lugar con el consentimiento de los ciudadanos”, dijo a la AFP el comisario Ulrich Kelber.

“Estos datos tendrán que ser conservados durante un periodo limitado y claramente definido, y solo con el objetivo de luchar contra la pandemia. Después tendrán que ser suprimidos”, añadió.

Por su parte el partido de izquierda radical Die Linke pidió que el desarrollo de esta tecnología vaya acompañado de un número de test de coronavirus todavía más importante que los 500.000 que se hacen cada semana en Alemania.

“Si no, esta aplicación podría desatar pánico, sin ninguna utilidad”, advirtió Die Linke.

La idea de utilizar datos personales de los teléfonos parece empezar a ser aceptada por la opinión pública. El 50% de los alemanes es favorable, frente al 38% que la consideran inapropiada, según un sondeo de Yougov.