¿Alguna vez has pensado cómo las empresas realizan los controles de calidad de sus celulares y smartphones? Pues no es nada fácil.
Hoy en día las marcas luchan por ofrecer equipos que cuenten con la máxima tecnología pero que a la vez sean capaces de resistir cualquier adversidad que se presente y, por supuesto, cumplir todo lo que prometen.
Para ello, deben pasar por un largo y extenuante proceso de control de calidad con máquinas y mecanismos que resultan ser bastante curiosos.
BioBioChile tuvo la oportunidad de conocer parte de este proceso en la fábrica de Asus en Taiwán, donde vimos de primera mano parte de este desarrollo.
De hecho, muchos de sus productos, además de pasar por las pruebas propias de la marca, también se someten a un test de mayor intensidad, conocido como Mil-STD 810 (Certificación de Durabilidad Estándar Militar de Estados Unidos).
Este es utilizado por varias marcas y por los departamentos y agencias de Defensa de norteamericanos, para poner a prueba los equipos en condiciones límites.
Las pruebas
Entre otras, la empresa realiza una prueba denominada Shock Test, que básicamente son ensayos de impacto, donde se simulan golpes y sacudidas, como los que puede recibir el equipo en el día a día.
Para ello se ubican los productos en una máquina que luego desciende con ellos, sometiéndolos a un impacto de algunos metros. La idea es verificar cómo responde por fuera y la estabilidad de los elementos internos del dispositivo.
Otros de los tests, quizás uno de los más entretenidos de ver, es el Drop Test, o ensayo de caída. Esta vez, se deja caer el equipo por diferentes lados en una superficie de madera.
Bajo los estándares del MIL-STD 810G, se lanza encendido cuatro veces en todas direcciones desde 10 centímetros de alto, imitando los accidentes de escritorios.
Para probar el soporte de vibración, en tanto, los productos se ponen sobre una superficie que cuyo movimiento oscila entre 5 a 500 Hz en todas las direcciones durante dos horas… un test bastante útil para los equipos que llegan a Chile y que deben enfrentar los contantes sismos que vive el país.
Pero los productos no sólo tienen riesgos de caída y roturas, sino que también deben ser capaces de adaptarse a todos los climas, por lo cual también son sometidos a ensayos ambientales extremos en máquinas que simulan temperaturas, humedad y alturas impensadas, respesctivamente.
En otras palabras, los equipos deben ser capaces de resistir desde los 60°c hasta los -30°c, una altitud de más 12 mil metros (simulando vuelos de avión) y una humedad del 90%, por 48, 24 o 12 horas, dependiendo de la prueba.
¿Y la durabilidad?
Por supuesto, cuando se compra un computador se espera que su vida útil se extienda lo más que sea posible, para lo cual se requiere de materiales resistentes.
Los test de durabilidad sirven para poder dar cumplimiento a estas expectativas, por lo que se revisa cada pequeño detalle.
Uno de ellos es el teclado, donde pequeñas tenazas golpean las teclas para asegurarse que puedan aguantar hasta 10 millones de pulsaciones.
También existe mecanismo que abre y cierra el computador que confirman que las bisagras resisten 20.000 ciclos de este proceso.
Otra prueba que es bastante similar, tiene que ver con los puertos. Para ello, una máquina realiza cinco mil veces el ejercicio de enchufar y sacar un conector.
Otro llamativo test es el que sirve para comprobar la presión que es capaz de resistir, por lo que se presiona la tapa y la parte inferior del chasis con 25 kg de fuerza.
Estas son sólo alguna de las muchas pruebas que deben superar los equipos, y no sólo de Asus, sino que de la mayoría de las marcas de tecnología que buscan mejorar la calidad de sus productos para que los usuarios queden satisfechos.
