Es curioso hacer una noticia casi estrictamente para aclarar una confusión. Esta semana, la empresa proveedora de comunicaciones Entel, advirtió a sus clientes que terminaría con su servicio de Multimedia Messaging Service, más conocido como MMS, o servicio de mensajería multimedia.
Ante lo desconocido de la sigla muchos creyeron que la compañía de las chicas 1-2-3 estaba dando fin al servicio de mensajería de texto, más conocido como SMS y que, si bien también ha decaído mucho su utilización, sigue estando vigente para quienes ocupan teléfonos sencillos, para situaciones de emergencias en que las redes colapsan o, sobre todo, para mandarnos spam.
Pero no. La tecnología MMS es una extensión de los SMS, y se creó precisamente para extender la limitación de 140 caracteres que tienen estos mensajes de texto, además de otras funcionalidades como poder enviar fotografías y videos mediante una red celular cualquiera.
Sin embargo, como suele suceder en el mundo de la tecnología, fue un avance que llegó demasiado tarde. Estrenado en Chile sólo 5 años antes de la revolución provocada por el lanzamiento del iPhone, los MMS fueron rápidamente eclipsados por los teléfonos inteligentes y el acceso directo a internet. Además, los teléfonos básicos solían tener pantallas demasiado rústicas para que valiera la pena ver imágenes en ellas.
WhatsApp y sus actuales 1.000 millones de usuarios, sólo le pusieron la lápida.
Así las cosas, si eres usuario de Entel -y probablemente le sigan las demás compañías- no echarás mucho de menos este servicio, si es que alguna vez lo usaste. Aún así, la firma aseguró a sus clientes que los compensará ya sea mediante un descuento en su cargo fijo o mejorando las condiciones de sus planes.
Y no sufras porque el venerable SMS seguirá estando ahí. Ya sea para mandarle un saludo al Nokia del abuelo, para recibir alertas presidenciales de tsunamis a las 5 de la mañana, o para que los bancos nos ofrezcan créditos de consumo a sólo 48 cuotas de $9.990.
