Una de las principales atracciones del Museo de la Biblia, ubicado en Washington D.C, son los manuscritos del Mar Muerto.

Se trata de 16 fragmentos que incluyen las copias sobrevivientes más antiguas conocidas de la Biblia hebrea.

No obstante, a pesar del enorme valor que tenía este material, un equipo de investigadores descubrió que son falsificaciones modernas que por años engañaron no sólo a historiadores sino que también a los fundadores del museo y a algunos de los principales eruditos bíblicos del mundo.

“El Museo de la Biblia está tratando de ser lo más transparente posible”, aseveró el CEO del museo, Harry Hargrave. “Somos víctimas, somos víctimas de tergiversaciones, somos víctimas de fraude”, agregó.

Los resultados de los análisis llevados a cabo por expertos independientes, publicados en exclusiva por la National Geographic, indican en 200 páginas que aunque es probable que las piezas están hechas con cuero antiguo, se entintaron en los tiempos modernos y se modificaron para parecieran auténticos.

“Estos fragmentos fueron manipulados con la intención de engañar”, sostuvo Colette Loll, líder del equipo de investigación.

De acuerdo al citado medio, estos nuevos hallazgos no arrojaron dudas sobre los 100 mil fragmentos reales de los manuscritos del Mar Muerto, la mayoría de los cuales permanecen en el Santuario del Libro, parte del Museo de Israel, en Jerusalén.

“No obstante, los hallazgos del reporte dejan serias dudas sobre los fragmentos del Mar Muerto “post 2002”, un grupo de unos 70 fragmentos de texto bíblico que entraron al mercado de antigüedades en la década del 2000. Incluso antes del reporte, algunos académicos creían que la mayoría de los fragmentos “post 2002″ eran falsificaciones modernas”, detallaron desde National Geographic.

Los manuscritos son un conjunto de casi mil pergaminos, principalmente en hebreo pero también en arameo y griego, de un periodo comprendido entre el siglo III antes de Cristo y el siglo I después de Cristo. Entre ellos figuran numerosos libros del Antiguo Testamento.

Los primeros fragmentos fueron encontrados en cuevas situadas a orillas del mar Muerto por un pastor beduino en 1947.

Para averiguar más acerca de estas 16 piezas, el Museo de la Biblia contactó a Loll y su compañía, Art Fraud Insights, en febrero de 2019 para que hiciera una investigación física y química exhaustiva.

Cabe señalar que este tipo de engaños no son ajenos para Loll. Después de obtener su maestría en historia del arte en la Universidad George Washington, estudió delitos internacionales de arte, realizó investigaciones de falsificación y capacitó a agentes federales en asuntos de patrimonio cultural.

Visitantes observan una muestra de los manuscritos del Mar Muerto en el Museo de la Biblia | Agence France-Presse
Visitantes observan una muestra de los manuscritos del Mar Muerto en el Museo de la Biblia | Agence France-Presse

De acuerdo a la experta, llegó a un acuerdo con el museo para tener total independencia en su trabajo. De hecho, se estableció que el informe tendría carácter de definitivo, y sus resultados serían dados a conocer al público.

Para el análisis, Loll conformó un equipo de cinco conservadores y técnicos, quienes visitaron periódicamente el museo desde febrero hasta octubre de 2019. Cuando concluyeron su informe en noviembre, los resultados eran categóricos: los 16 fragmentos eran falsificados.