Un grupo de 13 científicos descubrieron la razón por la cual las madres sobre reaccionan a cada pequeño gesto de su bebé recién nacido tras la aplicación de resonancias magnéticas a 25 mujeres primerizas, antes y después de dar a luz; y a otras 20 que nunca han tenido hijos.

Los resultados fueron publicados en el último volumen de la revista Psycho­neuro­endocrinology y, en concreto, arrojaron que los cambios en el sistema endocrino serían la razón por la cual el cuerpo estriado (VStr por su sigla en inglés), estructura que se considera como la entrada al circuito de los ganglios basales, sufre modificaciones de volumen, las que generan esta reacción.

“Nuestros resultados indican que el embarazo modifica la anatomía del VStr. Específicamente, encontramos reducciones significativas en el volumen del VStr derecho en mujeres que estuvieron embarazadas y las que no y una tendencia de reducción en el VStr izquierdo”, indicaron en el documento.

“Estos efectos fueron evidentes a la hora de controlar el volumen total del cerebro y no fueron observados en la parte dorsal del cuerpo estriado, lo que indica que el VStr es específicamente afectado durante este periodo”, añadieron.

“Cuando examinamos la activación funcional del VStr, descubrimos que los cambios estructurales a través del embarazo están asociados la respuesta de esta estructura a los hijos de la mujer, con reducciones mayores en el volumen del VStr derecho prediciendo una activación funcional más fuerte al actuar de su hijo”, explicaron.

Así, recalcaron que estos hallazgos demuestran fehacientemente que el VStr es modificado anatómicamente debido al embarazo y que “estos cambios estructurales están asociados con las respuestas funcionales hacia los bebés”.

“Hemos demostrado que transformarse en madre conlleva alteraciones anatómicas en una estructura crucial del sistema de recompensa cerebral que se sabe juega un rol importante en el cerebro maternal humano y animal”, concluyeron.

En esa línea, los académicos señalaron que los resultados de su investigación sugieren que el embarazo desencadena adaptaciones neuro anatómicas para “preparar el sistema de recompensa de una mujer para que este responda de manera aumentada a señales del infante”.