La investigación, llevada a cabo en la Universidad San Sebastián a cargo de la Dra. Valentina Echeverría, comenzó hace más de 10 años cuando ella trabajaba en el Departamento de Veteranos de Guerra de Estados Unidos, donde el problema principal era el Trastorno de Estrés Postraumático.

El Trastorno del Estrés Postraumático se manifiesta después de vivir o ver experiencias muy fuertes que son difíciles de olvidar, como: un accidente, una catástrofe natural, abuso físico, o combate activo. La persona afectada continúa sufriendo los efectos del estrés luego de pasado el peligro.

Los enfermos psiquiátricos y con Trastorno del Estrés Post Traumático fuman más que la población general, y muchos estudios anteriores mostraban que el uso del tabaco disminuía la incidencia de la enfermedad de Parkinson.

Así, la científica y sus colaboradores comenzaron sus investigaciones sobre la cotinina, el principal metabolito de la nicotina, descubriendo su alta efectividad como compuesto para enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas.

Dra. Valentina Echeverría | Universidad San Sebastián
Dra. Valentina Echeverría | Universidad San Sebastián

“La función principal de la cotinina en el organismo es aumentar la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad de las neuronas de comunicarse entre sí”, explica la Dra. Echeverría.

Esto, sumado a las propiedades del krill -el cual se da en abundancia en el sur de Chile- concluyó que esta formulación ayudaría al funcionamiento del cerebro y por ende mejoraría la pérdida de memoria y control emocional inducida por el estrés y otras condiciones.

Según comenta Echeverría, el estudio se inició cuando ella y el también investigador de la U. San Sebastián, Alexandre Iarkov, se incorporaron a la institución.

“Comenzamos a estudiar el uso de esta droga así como su combinación con productos de importancia comercial para Chile y ahí llegamos al aceite de Krill. Así nació la idea de estudiar las propiedades terapéuticas en modelos animales de la combinación con la cotinina”, recordó.

Esto abre nuevas oportunidades de desarrollo médico y comercial para Chile y el mundo.

Se estudia si esta droga puede además en el futuro aplicarse para el tratamiento de otras enfermedades neurogenerativas como el Alzheimer y Parkinson.