La compañía estadounidense Google abrió en Ghana un laboratorio de investigación sobre la inteligencia artificial, el primero de este tipo en África, con el objetivo de responder a los problemas socioeconómicos, políticos y medioambientales del continente.

Hay laboratorios tecnológicos (o tech-labs) en ciudades como Tokio, Zúrich, Montreal o París pero la inauguración de uno esta semana en Accra fue como una pequeña revolución en África.

¿Cómo utilizar la inteligencia artificial para paliar las penurias de los médicos o mejorar el diagnóstico del cáncer? ¿Cómo ayudar a los pequeños agricultores en sus cosechas o a los trabajadores en la detección de averías en las máquinas? ¿Cómo prevenir las catástrofes naturales?

“África se enfrenta a muchos desafíos y aquí el uso de la inteligencia artificial puede ser más importante que en otros sitios”, explicó a la AFP Moustapha Cissa, director del nuevo centro Google de Accra durante su inauguración esta semana.

Gracias a los algoritmos, al reconocimiento vocal o de escritura, muchos documentos podrían traducirse a las lenguas vernáculas africanas.

Los pequeños agricultores también podrían detectar problemas en la producción o evaluar los precios del mercado en la red.

Por todo esto, a priori, la herramienta, constituye una ventaja para la investigación, pero una amenaza para los usuarios.