¿Qué tienen en común Elon Musk, Cher y Jim Carrey? Si su respuesta fue que los tres son ricos y famosos, está en lo correcto. Y si fue que los tres han eliminado sus cuentas de Facebook, también. Ellos forman parte el creciente grupo de personajes connotados que se han sumado al movimiento que llama a restarse de la cuestionada red social.

Luego del escándalo de Cambridge Analytica y el avance del movimiento #DeleteFacebook, celebridades y corporaciones anunciaron públicamente que abandonaban Facebook. Como detalla revista Time, estas declaraciones fueron acompañadas de críticas y recriminaciones por el mal uso de los datos de los millones de usuarios alrededor del mundo.

Carrey fue incluso más lejos y anunció en Twitter que vendería sus acciones de la compañía de Mark Zuckerberg porque “Facebook se aprovechó de la interferencia de Rusia en nuestras elecciones y aún no están haciendo lo suficiente para pararlo”. El mensaje, probablemente uno de los más serios del actor y comediante, terminó con una invitación al resto de los inversionistas a hacer lo mismo, seguida por el hashtag #unfriendfacebook.

Este no es el único emplazamiento a abandonar la red social que ha llamado la atención. Brian Acton, cofundador de WhatsApp, también usó la plataforma de los 140 caracteres para hacerlo. “Llegó el momento. #deletefacebook” fue su escueto y potente mensaje.

Desconectarse no ha sido tan sencillo para todos, y no solo por la complejidad del proceso para borrar una cuenta. “Hice algo MUY DIFÍCIL para mí” escribió en su Twitter Cher, refiriéndose así a su decisión de borrar su cuenta. La actriz y cantante explicó que hacerlo fue duro porque Facebook le ha ayudado en sus acciones de caridad y allí trabaja “gente increíble”, y remató su mensaje con una referencia a su canción Believe: “Creo… que hay cosas MÁS IMPORTANTES QUE EL DINERO”.

Un asunto valórico

Pero tal vez el más llamativo de los anuncios sea el de Cooper Hefner, el heredero del imperio Playboy. El hijo del fallecido Hugh Hefner, quien es director creativo de la compañía, declaró hace una semana que su compañía cerraría sus cuentas de Facebook porque sus políticas corporativa y de contenido van en contra de los valores de Playboy.

Según CNN, Hefner explicó que “en nuestra opinión, Facebook sigue siendo sexualmente represiva”. A través de Twitter (el medio favorito para sumarse al movimiento) detalló los motivos de la decisión: “Conocer la reciente intromisión en una elección libre de EE.UU. deja al descubierto otra preocupación que tenemos sobre cómo manejan los datos de los usuarios, más de 25 millones de los cuales son fanáticos de Playboy, dejando en claro que tenemos que abandonar la plataforma”.

La acción de Playboy llegó una semana después de que Elon Musk cerrara las cuentas de sus empresas Tesla y SpaceX. A estas enormes corporaciones se han sumado otras marcas de renombre: la empresa de software Mozilla anunció que haría una “pausa” a Facebook debido a las políticas de privacidad de la controvertida plataforma, y el fabricante de equipos de sonido inalámbricos Sonos publicó en su blog que suspendería su publicidad en Facebook, Instagram, Google y Twitter.

Tal vez en esta ocasión sí valga la pena imitar las acciones de las celebridades y eliminar Facebook de nuestras vidas. Quizás la razón nos dicte qué es lo mejor para nuestra privacidad. Sin embargo, esto podría ser más complicado de lo que parece.

Números azules

Aunque #DeleteFacebook se convirtió en trending topic y los llamados a cerrar las cuentas se multiplicaron, las acciones parecen no haberse equiparado a las palabras. Según el sitio Inc.com, el uso de Facebook durante el último mes no sólo no ha disminuido, sino que se ha incrementado.

En Estados Unidos y el Reino Unido, países en los que el hashtag fue más usado, la actividad en la plataforma ha aumentado más de 4%. En India, otro de los lugares en los que la etiqueta tuvo gran repercusión, el incremento fue de un 12%.

Estas cifras fueron compiladas por la empresa Kepios a partir de reportes de la agencia We Are Social y la plataforma HootSuite, además de los reportes entregados por Facebook. Aunque la información podría no ser precisa o confiable, el experto en marketing Simon Kemp, dueño de Kepios, explicó que esta tendencia coincide con otros indicadores, como la cantidad de descargas de la app de Facebook: aunque bajaron un poco apenas conocido el escándalo de Cambridge Analytica, rápidamente aumentaron hasta los niveles usuales.

Pixabay (CCO)
Pixabay (CCO)

Útil y social

¿Por qué la gente no está cerrando sus cuentas de Facebook? La respuesta a esta interrogante ha sido materia de especulación para los medios norteamericanos, y las explicaciones son varias. Para la periodista especializada en cultura Aja Romano, gran parte de nuestra cultura está construida en torno a esta red social, y su tecnología incluso se ha convertido en la base de aplicaciones de terceros.

“Muchas apps móviles y de escritorio requieren tener una cuenta de Facebook antes de empezar usarse”, explica Romano en Vox.com. Es lo que ocurría con Tinder hasta hace poco, y aún hay aplicaciones de citas que siguen funcionando así. Si consideramos la cantidad de aplicaciones y páginas en las que ingresamos con nuestra cuenta de Facebook, y luego pensamos en que para cada una de ellas tendríamos que crear nuevas cuentas, bien podríamos reconsiderar la opción de abandonar Facebook.

En el medio online Quartzy, la editora Annaliese Griffin plantea no dejará Facebook, porque sigue siendo útil, a pesar de las cuestionables acciones de la compañía.

Es más: hay muchísimos negocios pequeños para quienes no es conveniente crear y mantener un sitio web, por lo que han convertido su cuenta de Facebook en su conexión con sus clientes. Y también están los grupos que usan la plataforma como una potente herramienta social, señala Griffin, para organizarse y crecer: la organización de algo tan simple como una reunión de amigos para ver una película se vuelve mucho más fácil con Facebook.

Quizás una lista de pros y contras ayude a tomar una decisión. El sitio Quartz entregó una lista de motivos a considerar antes de renunciar a los likes y los estatus: Facebook sigue siendo un potente conector emocional.

Además, después de más de una década de existencia, para muchísimas personas es un auténtico baúl de los recuerdos que contiene fotografías y mensajes; estos últimos no pueden descargarse, a diferencia de las fotografías, pero aun así la perspectiva de reorganizarlas o relocalizarlas no es demasiado atractiva.

Por todo esto, Facebook se ha convertido en el equivalente a nuestra identidad digital, a lo que suma el ya mencionado uso como pase para acceder a sitios y apps.

¿Retirarse o no retirarse?

Entre los motivos para retirarse, está el problema de la privacidad, pero también el de la manipulación por medio de la publicidad hiperpersonalizada que bombardea sutilmente (y a veces no tanto) a los usuarios. Por otra parte, cerrar la cuenta otorga la posibilidad de reinvertir todo el tiempo que pasamos revisando nuestra cuenta; según cifras de 2016, el promedio al día por usuario es de 50 minutos.

Además, está el estrés. Por factores como la sobrexposición y el bombardeo constante de información al que nos vemos sometidos, las redes sociales son un factor de nerviosismo o intranquilidad. Esta idea sería confirmada gracias a una nueva investigación de la Universidad de Queensland y Universidad Católica Australiana.

Con el sugerente título de “La carga de los amigos online”, el estudio analizó a 138 usuarios activos de Facebook. Una parte de ellos recibió la instrucción de no ingresar a la red social durante una semana completa. Al final del plazo, midieron los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en ambos grupos.

El resultado: los niveles resultaron más bajos en quienes no usaron Facebook. Un cuestionario especialmente diseñado también confirmó que la percepción de bienestar era mayor en ellos.

De acuerdo con el reporte, estos resultados sugieren que, para el usuario típico, un descanso ocasional de la red social ayudaría a aliviar el agobio que produce la enorme cantidad de información social.

Tomarse ese descanso, algo así como unas vacaciones de Facebook, suena como una buena instancia para reflexionar antes de tomar la decisión.