Los científicos han nombrado esta semana a una nueva especie humana, tras un renovado análisis de fósiles ya existentes que provenían de África: los Homo bodoensis.

Estos ancestros de los Homo sapiens vivieron hace unos 500 mil años a 600 mil años durante el Pleistoceno Medio, también llamado Chibaniano, un período que se extendió desde 774.000 hasta 129.000 años atrás.

También en esa época es cuando surgieron los primeros humanos anatómicamente modernos, Homo sapiens, en África y los Neandertales, Homo neanderthalensis, en Europa, según informa el periódico español ABC.

El nombre fue asignado por un grupo de científicos de la Universidad de Winnipeg, Canadá, liderados por Mirjana Roksandic, paleoantropólogo, el cual fue publicado este jueves en un artículo en la revista académica Evolutionary Anthropology Issues News and Review.

En la publicación, los expertos indican que existe mucha confusión y desconocimiento respecto a los homínidos que existieron en el Pleistoceno Medio, por lo que planean la necesidad de aclararlo.

Específicamente, existían dos nombres que se atribuían a fósiles de humanos de ese período de la historia, Homo heidelbergensis y Homo rhodesiensis, pero estaban “escuetamente definidas” y no existía consenso al respecto en el área de la paleoantropología.

Para acabar con la discusión, los especialistas proponen abandonar el concepto de H. heidelbergensis por completo. En lugar de ello, proponen dividirlos en dos clasificaciones. En primer lugar, agrupar bajo el concepto Homo bodoensis a la mayoría de los fósiles humanos del Pleistoceno Medio provenientes de África y algunos del sudeste de Europa.

Y, por otra parte, la mayoría de los humanos europeos de ese entonces que muestran rasgos Neandertales, dejarían de ser clasificados como H. heidelbergensis y serían considerados efectivamente como Homo neanderthalensis, reporta el periódico inglés The Guardian.

El nombre Homo bodoensis se inspira en un cráneo de un homínido, el Hombre de Bodo, hallado en la localidad de Bodo d’Ar, en la depresión de Afar, Etiopía.

Roksandic, el autor principal, agregó que “nombrar a una nueva especie es algo muy grande, ya que la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica permite cambios de nombre sólo bajo reglas definidas de forma estricta. Estamos seguros que este será usado por un largo tiempo”.