Si estás entre quienes tuvieron la suerte de salir bien librados de la Covid-19, sobre todo si entre tus síntomas sufriste fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza, accesos de tos, fuertes dolores en el pecho y otras molestias que -ojalá- no te hayan obligado a acudir al hospital, seguro hay una sola gran preocupación en tu mente… ¿puede esto ocurrirme de nuevo?

La duda cobra más vigencia luego de que este lunes, el senador Manuel José Ossandón anunciara que había contraído por segunda vez la enfermedad.

“Con sorpresa y preocupación he recibido la noticia de que nuevamente he contraído el Covid-19. Como el país sabe, he cumplido con todo el protocolo establecido por la autoridad sanitaria, incluso con un certificado de alta entregado por un médico. En esta oportunidad, los síntomas son mucho más complejos”, indica el parlamentario en un comunicado público.

“Estoy muy preocupado porque si esto me pasó a mí, de contagiarme por segunda oportunidad, igualmente le puede pasar a muchos chilenos y chilenas. Se suponía que luego del cuidado de 14 días yo gozaba de inmunidad, como nos ha dicho la autoridad, lo que a juicio de lo que me pasa no es tan así”, sentencia.

¿Es posible enfermar nuevamente de Covid-19 una vez recuperado? Hasta el momento no existen casos comprobados clínicamente de personas que hayan contraído la enfermedad por segunda vez, sin embargo la respuesta no es tan simple…

Un virus que no muta tanto como el de la influenza

Siendo el Sars-Cov-2 un virus que aún no tiene un año bajo nuestros microscopios, todo lo que sabemos de él lo determinamos por observación de los actuales pacientes y por el comportamiento de otros virus que, se estima, podrían ser similares.

En un extremo tenemos virus como los del sarampión o la hepatitis A, los cuales una vez superados nos proveen de inmunidad permanente. No tenemos que preocuparnos de ellos por el resto de nuestras vidas.

En el otro extremo tenemos virus como el de la influenza. Como muchos hemos comprobado por experiencia, no sólo es posible enfermar múltiples veces, sino dos veces en el mismo año. La razón es que este virus muta constantemente, debido a que al replicarse a sí mismo dentro de las células que infecta, va introduciendo pequeñas variaciones.

Cuando pensamos en que estas variaciones comienzan a acumularse por cientos, miles y millones, acaban por generar un virus totalmente distinto, en un proceso que la medicina conoce como “deriva antigénica”. Es por esto que las vacunas contra la influenza necesitan renovarse cada año, dependiendo de las “cepas” del virus que sean predominantes.

Business Insider
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¿Pero qué pasa con el nuevo coronavirus, o Sars-Cov-2? Según un equipo de investigación del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, el virus tras la Covid-19 hasta ahora parece tener una capacidad de mutación menor a la influenza, lo que permitiría generar inmunidad suficiente para evitar una segunda infección inmediata, o al menos hacerla más moderada.

Peter Thielen, genetista molecular, explicó al Washington Post que, entre 1.000 especímenes del virus que habían examinado, sólo encontraron de 4 a 10 variaciones genéticas entre el virus original generado en Wuhan, China, y el que llegó hasta Estados Unidos.

“Esto es una cantidad relativamente pequeña de mutaciones generadas al pasar a través de mucha gente. Hasta el momento, la tasa de mutación del virus nos sugiere que podríamos requerir una sola vacuna para el Sars-Cov-2, en vez de tener que producir una nueva cada año como nos ocurre con la influenza”, aseveró Thielen.

Pese a ello, no debemos confiarnos, pues se estima que aún pueden pasar varios meses antes de que una vacuna totalmente probada esté disponible. Y mientras ello ocurre, ¿existe la posibilidad de que el virus nos reinfecte?

No existen casos de reinfección comprobados

Las primeras preocupaciones sobre el tema surgieron en mayo, cuando se conoció que varias personas en Corea del Sur habían dado positivo por segunda vez al examen de Covid-19, tras haber sido dadas de alta y consideradas sanas.

Tras un análisis del caso, la OMS determinó que en realidad se trataba de falsos positivos debido a que los test PCR sólo determinan la presencia de material genético del virus en el cuerpo humano, pero no si este se encuentra activo. De esta forma, muchas veces se trata de partículas residuales del virus contenidas dentro de células pulmonares muertas, sin capacidad de contagiar a otras personas.

Hasta la fecha, todavía no conozco un caso comprobado de reinfección que se haya reportado en las publicaciones médicas. Para demostrar que realmente hubo una segunda infección, una que no se confunda con los residuos dejados por una primera infección prolongada, tendríamos que realizar una secuencia (genética) del primer y segundo virus, y demostrar que ambos son genéticamente distintos, además de revisar los síntomas y cuánto tiempo duró la reinfección”, dice a The Guardian el doctor Joshua Schiffer, experto en enfermedades infecciosas en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en EEUU.

Quien coincide en este planteamiento es el infectólogo Mark Kortepeter, quien ha trabajado con los equipos de crisis del ejército de EEUU en la contención de brotes epidémicos durante los últimos años.

“Un estudio preliminar indica que monos infectados con Sars-Cov-2 desarrollaron anticuerpos y quedaron protegidos de la enfermedad cuando fueron expuestos al virus por segunda vez. Es un estudio pequeño, pero nos da una luz de esperanza respecto de que una vez contagiados, deberíamos tener inmunidad frente a una reinfección”, indica a Forbes.

Síntomas prolongados y fatiga post viral

Si es efectivo que quienes superamos la Covid-19 desarrollamos inmunidad, ¿qué ocurrió entonces con el senador Ossandón y con múltiples casos de personas que reportan haber “recaído”?

Una posibilidad es una infección prolongada. Contrario a la creencia, la Covid-19 no dura sólo 14 días. Este es el tiempo tras el que se considera no contagiante a una persona que no tuvo o dejó de manifestar síntomas. Sin embargo, existen múltiples reportes de personas que una vez enfermas, se mantuvieron incapacitadas o con molestias por semanas e incluso meses.

La publicación especializada Medpage Today recoge algunos de estos casos, como el de Jarett DeSanti, un guardia de seguridad de Nueva York de 35 años, quien, a 47 días de haber dado positivo en el test PCR, sigue sufriendo los efectos de la enfermedad.

DeSanti comenzó con síntomas muy leves, que se agravaron hacia el día 10, cuando una radiografía confirmó una neumonía que pudo tratarse en casa. Para el día 13 dejó de tener fiebre y se comprobó que había generado anticuerpos, dando un giro optimista sobre estar superando la infección.

Pero casi 7 semanas después, el hombre sigue sufriendo debilidad, cuadros febriles, problemas respiratorios, pulso acelerado y el temor permanente de que su cuadro pueda volver a complicarse.

“Basta con que una pequeña cosa de tu cuerpo cambie un día en tu cuerpo, para que la ansiedad se dispare hasta el techo. Esta es la cosa más dura y temible con la que me haya tocado lidiar en mi vida”, indica.

Su condición podría estar vinculada con un fenómeno que también se produce tras otras infecciones llamado “fatiga post viral”. En ella, pacientes que tras un par de semanas se han sentido totalmente recuperados, recaen a las 3 ó 4 semana con cansancio extremo y fuertes dolores musculares.

Según explica el reumatólogo Gerald Coakley, quien ha estado monitoreando la convalencencia de enfermos de Covid-19 en el Reino Unido, al menos un tercio de ellos deberían experimentar una fatiga post viral importante durante varias semanas.

“Cuando la gente comienza a sentirse mejor, es tentador regresar de lleno al trabajo, a los hobbies o actividades sociales. Es crítico que esto se haga lentamente -explica el doctor Coakley- Es bueno retomar en algún grado las actividades, pero lo realmente importante es hacerlo lento, de forma suave y a partir de ahí ir incrementando gradualmente. La gente debe evitar llegar al punto de fatiga y retormar sus actividades en periodos manejables. Mantén bajas tus expectativas y pon atención a la forma en que tu cuerpo va lidiando con esta transición. Lo mejor es detenerte antes de que te sientas cansado”.

El médico incluso cuenta la forma en que algunos colegas suyos, afectados por la Covid-19, regresaron a sus labores.

“Algunos de mis colegas médicos se dieron cuenta de que quedaban totalmente agotados para la hora de almuerzo, por lo que comenzaron a trabajar tres mañanas a la semana. Entonces, gradualmente fueron aumentando a 5 mañanas y, sólo cuando comprobaron de que podían sostener ese ritmo sin problemas, volvieron también a las tardes y a un esquema de tiempo completo”, concluye.

Finalmente, todos estos cuadros aún por estudiar sólo pueden tener una certeza: la necesidad de mantener las medidas de precaución pese a estar gozando una supuesta inmunidad. Aunque la ciencia sigue optimista en el sentido de que no hay casos comprobados de reinfección, es obligatorio continuar el lavado de manos frecuente, el uso de mascarilla y evitar aglomeraciones, así como no salir de casa salvo que sea estrictamente necesario.