El afán del ser humano por encontrar respuestas en diferentes ámbitos lo ha llevado a sufrir terribles accidentes.

Un ejemplo es el de Aleksandr Aleksándrovich Bogdánov, un médico, divulgador científico y filósofo bielorruso que estudió la posibilidad de rejuvenecimiento a través de la transfusión de sangre.

Si bien dedicó gran parte de su vida a este propósito, precisamente fue este afán lo que lo llevó a tener una terrible muerte en 1928.

Nacido un 22 de agosto de 1873 en Grodno, en aquel entonces parte del Imperio ruso (actualmente Bielorrusia), realizó estudios en medicina y psiquiatría.

En el camino desarrolló su propia teoría filosófica llamada tectología, cuya propuesta consistía en unificar todas las ciencias sociales, cognitivas, biológicas y físicas como parte de sistemas de relaciones.

Alexander Bogdanov en 1904 (CC) Wikimedia Commons
Alexander Bogdanov en 1904 (CC) Wikimedia Commons

En 1899 se graduó como médico, tras lo cual publicó su trabajo Elementos básicos de la perspectiva histórica de la naturaleza.

Si bien a esas alturas llevaba una prominente carrera, fue arrestado por la Policía Zarista del Imperio Ruso y debió permanecer seis meses en la cárcel. Posteriormente, se exilió en Vólogda.

Las injusticias sociales lo llevaron a estudiar filosofía política y economía, uniéndose a la fracción bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (Posdr) en 1903.

Considerado como un gran erudito ruso, posteriormente se obsesionó con la idea de que mediante la transfusión sanguínea se pudiese conseguir la juventud eterna, o por lo menos un rejuvenecimiento parcial.

Fue así como comenzó sus investigaciones con diversos voluntarios en 1924, entre los que se incluye la hermana de Lenin, Maria Ulianova.

Incluso, Bogdánov llegó a realizarse 11 transfusiones de sangre en su propio cuerpo, lo que según narró, le permitió mejorar su vista y calvicie, entre otros síntomas. Sin embargo, no se sabe con certeza hasta qué punto todo aquello era real o simplemente fantasía.

A pesar de esto, después de la operación, el dirigente bolchevique Leonid Krasin llegó a mencionar que Bogdánov parecía tener “10 años menos”. Entre 1925 y 1926, Bogdánov fundó el Instituto para Hematología y Transfusiones Sanguíneas.

No obstante, en 1928 todo dio un giro radical tras sufrir en carne propia los efectos de uno de sus propios experimentos.

Ese año, Bogdánov se realizó una transfusión sanguínea de un alumno que tenía tuberculosis y malaria, lo cual provocó su muerte el 7 de abril de aquel año.

Tal como recoge el portal El Español, su deceso no estuvo exento de polémica, luego que algunos académicos -como Loren Graham- deslizaran la posibilidad de que había cometido un suicidio. Tenía sólo 54 años.

Alexander Bogdanov Library
Alexander Bogdanov Library

Otros atribuyen su partida simplemente a la incompatibilidad sanguínea, concepto del que por aquel entonces no se sabía mucho.

Cabe destacar que el científico no sólo dejó un legado en cuanto a las transfusiones, sino que incluso llegó a experimentar como escritor de ciencia ficción.

En 1908, Bogdánov publicó Estrella Roja. Se trata de una obra futurista ambientada en Marte, en la cual el autor predijo los desarrollos científicos y sociales relacionados a la cibernética.

Incluso, en su novela tocó otros temas como el feminismo, el que posteriormente se convertiría en un tópico recurrente en las obras de ciencia ficción.