Un grupo de científicos y buzos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) registró una inusual varazón de krill en la Antártica.
Los científicos hallaron los crustáceos en el sector de La Elefantera, en las cercanías de la Base Escudero.
Los expertos se encontraban a bordo de un bote zodiac en medio de una salida a terreno en la Antártica cuando observaron la escena poco habitual.
El krill es considerado el eslabón clave de las tramas tróficas del continente blanco, debido a que es fuente de alimento de diversas especies de los ecosistemas marinos, entre ellas, focas, pingüinos y ballenas.
El hallazgo se produjo en el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA) 55 en el sector de la elefantera en Bahía Fildes, Isla Rey Jorge, península Antártica.
El equipo -compuesto por los estudiantes de doctorado Viviana Segovia, Ignacio Garrido y Paulina Bruning; los biólogos marinos, Bastián Garrido y Abel Saldaña y el investigador del Centro IDEAL, Dr. Miguel Pardo- procedió de forma inmediata a evaluar la biomasa de krill y extraer muestras.
Posteriormente, en los laboratorios de Base Escudero, los investigadores analizaron los estómagos de los crustáceos, en los que hallaron gran cantidad de arena, lo que implica que el krill estaba en un ambiente donde consumía partículas en suspensión.
“Se trata de un evento puntual y lo interesante será seguir monitoreando estas playas para ver si esto es frecuente. Es importante determinar, por ejemplo, cuál es el subsidio ecológico de esta varazón a las aves marinas”, asegura el Dr. Pardo.
Posibles causas
La literatura científica indica que, en general, las varazones de crustáceos se deben a hipoxia (poco oxígeno) o a fenómenos como exceso de turbulencia y temperaturas.
¿Y específicamente, por qué vara el krill? Diversas investigaciones anteriores han determinado que este fenómeno tiene relación con el exceso de sedimento en la columna de agua, lugar donde vive el animal.
“El derretimiento de los glaciares que genera una mayor cantidad de sedimentos suspendidos y, por lo tanto, si hay mayor derretimiento de los glaciares uno podría esperar una mayor frecuencia de varazones. Sin embargo, sería muy aventurado decir que esa fue la causa de este evento puntual. Hay que ser prudente e investigar”, concluye el Dr. Pardo.