El fenómeno de migración es algo que ha puesto en alerta a los países Europeos en los últimos años, más aún teniendo en cuenta que gran parte de los migrantes son menores de edad. Es por ello que las pruebas de detección real de edades biológicas ha tomado relevancia crucial.

Según se ha determinado, las leyes de inmigración europeas destacan que los niños indocumentados tienen derecho a una protección integral de parte de los estados, mientras que a los adultos se les abre un expediente de devolución a sus países de origen.

Este punto ha hecho que se deban perfeccionar las pruebas de detección de edad a un rango que arroje un porcentaje de error mínimo. De eso depende el futuro de muchos jóvenes, que ingresan a territorio europeo sin muchos recursos.

Sobre esto, diario El País de España sacó a colación un caso que generó debate ético en 2017. Se trata de una joven camerunense llamada Memba, que arribó a Madrid en busca de asilo. En ese momento ella fue sometida a tres pruebas para reconocer su edad.

Orlando  ESTRADA | AFP
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La primera de ellas fue una radiografía a su muñeca izquierda, la que determinó que tenía 17 años. La siguiente fue un examen a cuerpo desnudo para conocer el desarrollo sexual, allí se concluyó que era mayor de edad.

La tercera prueba fue un reconocimiento de su mandíbula, el cual arrojó resultados que no eran concluyentes.

Para perjuicio de la joven, el informe forense de ese año determinó una edad de maduración de los huesos de 18 años, por lo que había dejado de ser una niña que necesitaba de protección por parte de la Unión Europea.

“La inseguridad que dan las pruebas médicas es muy alta. El margen de error es demasiado grande: dos años por arriba y otros dos años por abajo”, estimó Rafael Bañón, director del Instituto de Medicina Legal de Murcia.

Casos extremos también han ocurrido en Inglaterra, donde gemelos han sido sometidos a exámenes para determinar sus edades, con resultados tan insólitos que arrojaron diferencias hasta de 10 años.

El mexicano Juan Edgar Castillo, genetista del King’s College de Londres, expuso serias dudas sobre la veracidad de esta pruebas, teniendo casos concretos en los últimos cinco años de trabajo.

Orlando  ESTRADA | AFP
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“Existe una diferencia promedio de entre tres y cuatro años entre pares de gemelos, aunque las diferencias pueden ser superiores a 10 años en casos extremos”, expresó.

A eso agregó: “Tenemos bastantes dudas de que consigamos una técnica tan exacta que pueda determinar con márgenes tan pequeños la edad de una persona. Estamos hablando incluso de horas. La mayoría de edad es justo el día que cumples 18 años. ¿Qué técnica puede ser tan exacta como para determinar la edad con márgenes tan pequeños?”.

Según destaca el citado medio, el futuro podría estar en un modelo creado por investigadores chinos en 2018, quienes combinaron el reloj epigenético con la exploración radiográfica de huesos y dientes para conocer edades de 124 niños.

Los asiáticos habrían estimado que su rango de error es de 0.33 años en niñas y 0.47 en niños, lo cual sería considerado como un avance, aunque por el momento no aplicable para establecer la edad legal de un individuo, según los entendidos.