Desde hace 106 años que existía un misterio en la Antártica que nadie había podido resolver. Se trata de la llamada cascada de sangre, un flujo de líquido rojo que escurre desde el interior de un glaciar y que resalta mucho entre todo el paisaje blanco.

El fenómeno se da en el glaciar Griffith Taylor, que fue llamado así en honor al científico australiano del mismo nombre que lo descubrió hace más de un siglo.

Cuando fue vista por primera vez, los expertos pensaron que el vívido color rojo podía ser consecuencia de un alga que hubiese en el lugar y se tornara de ese tono.

No obstante, estaban equivocados.

"Cascada de sangre" en la Antártica | Peter Rejcek | National Science Foundation
“Cascada de sangre” en la Antártica | Peter Rejcek | National Science Foundation

Según publicó el periódico digital Business Insider, un estudio de la Universidad de Alaska Fairbanks y del Colorado College, ambos recintos educacionales estadounidenses, determinó el verdadero origen de la cascada de sangre: proviene de un lago salado subterráneo.

Resulta que bajo el glaciar, hay un lago salado que tiene un sistema hidráulico que lleva el agua hasta la superficie. Esto ocurre desde hace alrededor de 5 millones de años.

El estudio también indicó que el lago salado no se ha congelado, pese a las bajas temperaturas del continente blanco, gracias al mencionado sistema hidráulico, que aporta con energía térmica.

Ilustración que muestra la ubciación del lago subterráneo y cómo llega el agua hasta la superficie | Zina Deretsky | US National Science foundation (NSF)
Ilustración que muestra la ubciación del lago subterráneo y cómo llega el agua hasta la superficie | Zina Deretsky | US National Science foundation (NSF)

Los primeros pasos para este descubrimiento se realizaron en 2003, cuando los científicos identificaron que el color rojo del agua se debe a que contiene altas cantidades de hierro oxidado y no a un alga.

Por otra parte, los académicos también indicaron que debido a que el lago ha estado encapsulado bajo la superficie por tanto tiempo, contiene sistemas microbianos muy antiguos que no han tenido tanto contacto con el mundo exterior.

Si éstos se indagan, podría proveer claves sobre los inicios de la vida en el planeta.