La noche del miércoles (mañana del jueves en Japón) la sonda japonesa Hayabusa2 se posó de forma breve en el asteroide Ryugu.

“El aterrizaje es un éxito”, declaró a los periodistas Takashi Kubota, director de investigación de este programa de la Agencia de Exploración Espacial Japonesa (Jaxa).

La noticia fue recibida con los aplausos y los rostros de felicidad de los técnicos, que se levantaron en la sala de control para expresar su júbilo.

Luego de algunas horas transcurridas desde el importante logro, se dieron a conocer algunas imágenes del asteroide captadas por la cámara de Hayabusa2.

Jaxa | Agence France-Presse
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Kubota precisó que si bien creen que la sonda “recogió algo”, aclaró que no podrán confirmarlo hasta que la cápsula de la sonda no haya vuelto a la Tierra.

Cabe destacar que Hayabusa2 tuvo un primer contacto fugaz con el asteroide en febrero, para recoger polvo de su superficie.

Meses después, en abril, la sonda lanzó un “impactador” que, al provocar una explosión cerca del asteroide, generó un gran cráter. Todo indica que Hayabusa2 se posó en esta zona.

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Largo periplo

Este es el último reto de esta ambiciosa misión antes del retorno a Tierra de la sonda, el año próximo.

La aventura de Hayabusa2, de un costo de alrededor de 30.000 millones de yenes (270 millones de dólares), comenzó el 3 de diciembre de 2014, cuando la sonda inició un periplo de 3.200 millones de kilómetros para llegar hasta Ryugu, a una distancia promedio de 340 millones de kilómetros de la Tierra, ya que es imposible ir en línea recta.

Necesitó tres años y diez meses para llegar a su destino. En junio de 2018 se estabilizó cerca de Ryugu, un asteroide de 900 metros de diámetro, muy antiguo y que data de la formación del sistema solar.

Jaxa | Agence France-Presse
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Los científicos creen que ese cuerpo celeste contiene, relativamente, grandes cantidades de materia orgánica y de agua desde hace unos 4.600 millones de años, cuando nació el sistema solar.

La sonda largó en octubre sobre su superficie un pequeño robot franco-alemán, Mascot, que trabajó durante más de 17 horas para analizar la composición de este cuerpo rocoso y primitivo.

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El objetivo era comprender mejor la formación del sistema solar sí como “la aparición de la vida en la tierra”, según la Jaxa.

La agencia japonesa ya envió antes una misión similar (Hayabusa) hacia el asteroide Itokawa, lo que permitió recolectar polvo de este pequeño cuerpo celeste.