Urano tiene un diámetro de 51.118 km., está compuesto principalmente por hidrógeno, helio y metano, y fue el primer planeta descubierto por medio de un telescopio.

Pero dentro de todas sus características, destaca una particularidad que la hace sumamente diferente al resto de los planetas del Sistema Solar.

Nos referimos a su marcada inclinación (97,7 grados), la que hace que su línea de ecuador se encuentre en ángulo recto en relación a su órbita.

Aunque por años la comunidad científica ha debatido respecto a la razón de por qué este planeta posee tal inclinación, un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal entregó una respuesta.

De acuerdo al estudio, este fenómeno pudo haber sido provocado por el impacto de un cuerpo gigantesco, equivalente a dos veces el tamaño de la Tierra, ocurrido hace 4.000 millones de años. Probablemente fue un protoplaneta joven compuesto de roca y hielo.

“Urano gira de costado, con su eje apuntando casi en ángulo recto hacia los de todos los demás planetas del sistema solar”, explicó Jacob Kegerreis, investigador en el Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham y autor principal del estudio, según recoge el periódico español ABC.

Comparación entre Urano y la Tierra (CC) Wikimedia Commons
Comparación entre Urano y la Tierra (CC) Wikimedia Commons

“Esto fue casi seguramente causado por un impacto gigante, pero sabemos muy poco acerca de cómo sucedió realmente”, agregó el especialista.

Para llegar a esta conclusión, los científicos llevaron a cabo diversas simulaciones computacionales, utilizando cuerpos de diferentes tamaños impactando en el planeta para verificar las consecuencias.

“Nuestros hallazgos confirman que el resultado más probable fue que el joven Urano estuvo involucrado en una colisión catastrófica con un objeto con el doble de masa de la Tierra, si no más grande, golpeándolo de lado y poniendo en proceso los eventos que ayudaron a crear el planeta que vemos hoy”, complementó Kegerreis.

Junto con el cambio en su inclinación, la investigación podría explicar la formación de los anillos y lunas del planeta, además de porqué su atmósfera exterior es extremadamente fría, con temperaturas de 216 grados bajo cero.

Lo anterior, debido a que las pruebas computacionales mostraron que el impacto pudo haber expulsado rocas y hielo hacia su órbita, las que terminaron agrupándose para formar sus satélites naturales.

A continuación te dejamos con una de las simulaciones llevadas a cabo por los investigadores de la Universidad de Durham.