Un robot con inteligencia artificial y forma de pelota, apodado “cerebro volador” y entrenado para interactuar con un astronauta alemán, despegó este viernes hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la nave Dragon, de la compañía SpaceX.

A las 5:42 am hora de Florida (09:42 local) despegó desde Cabo Cañaveral el cohete Falcon 9 en la decimoquinta misión de aprovisionamiento de SpaceX.

La cápsula Dragon, integrada al cohete Falcon 9, lleva 2.700 kilos de material y es parte del contrato que SpaceX suscribió con la NASA por unos 1.600 millones de dólares.

La primera fase del lanzamiento transcurrió sin inconvenientes hasta que Dragon se separó del cohete, luego de unos diez minutos, y desplegó sus paneles solares. El lunes 2 de julio debe alcanzar la EEI, a 400 km sobre el nivel del mar.

No es el primer viaje de este cohete ni de esta nave de carga: en 2016 Dragon fue lanzada al espacio, y hace dos meses este mismo cohete se utilizó para poner en órbita un satélite de la NASA.

“Un experimento histórico en IA”

Una pieza clave del material que porta Dragon es un aparato del tamaño de una pelota de baloncesto llamada CIMON (las siglas en inglés de Compañero móvil interactivo de la tripulación).

NASA
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Manfred Jaumann, directivo de Airbus, lo bautizó como “cerebro volador”.

La activación de CIMON representará “un momento histórico”, pues será el primer robot de su tipo en interactuar con personas en el espacio, dijo el jueves Christian Karrasch, director de proyectos en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR).

CIMON fue entrenado para reconocer la voz y la cara de Alexander Gerst, un geofísico de la Agencia Europea Espacial de 42 años.

Flotando a la altura de los ojos de los astronautas, CIMON puede detectar con su cámara frontal si la persona que tiene enfrente en realidad es Gerst u otra persona. También fue diseñado para interpretar el estado emocional de Gerst.

Cuenta con más de diez propulsores que lo ayudan a evitar tropezarse mientras está flotando en el módulo Columbus del laboratorio espacial.

Aunque los seis miembros de la tripulación pueden hablar con CIMON (que está diseñado para comunicarse en inglés), fue entrenado para trabajar mejor con Gerst.

El principal objetivo de este vuelo será demostrar si esta tecnología funciona, pues el robot debe ser capaz de guiar a Gerst en varios procedimientos, incluso mostrándole fotos y videos de ser necesario.

Gerst también podrá preguntarle cosas más allá del simple procedimiento del que estén hablando.

John MacDougall | Agence France Presse
John MacDougall | Agence France Presse