El 6 y el 9 de agosto pasados se cumplieron 77 años de los lanzamientos de bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en Japón, matando a unas 130 mil personas y dejando agónicas a unas 200 mil personas más que tardaron algunas semanas o meses en morir por sus quemaduras o por contaminación venenosa de radiactividad.