Según los principales medios de prensa de todo el mundo, la voluntariosa y amatonada visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, fue un incomprensible desaire, casi una injuria, hacia el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, hacia el Departamento de Estado, y hacia los altos mandos de las fuerzas armadas y los jefes de los Organismos de Seguridad, desde el FBI hasta la mismísima CIA.