La semana pasada se dio el primer round de la gran pelea del poder que culminará en las elecciones generales del martes 3 de noviembre en Estados Unidos.

De este participaron injuriadísimo y casi inexplicable presidente Donald Trump y el sospechosísimo candidato demócrata Joseph Biden, para que la nación comience a resignarse por cuál votar.

A juicio de la mejor prensa internacional, entre ambos se las arreglaron para producir el más ordinario y deprimente debate en toda la historia de Estados Unidos.