El 8 de diciembre es una fiesta de inmenso significado teológico para las mayores Iglesias del Cristianismo: la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, que acogen entre ambas a cerca del 65% de todos los cristianos del planeta.

Es el día en que, según la tradición, la Virgen María, aristocrática descendiente del Rey David, quedó embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo y sin participación de un varón humano.

Por cierto, ni los evangélicos ni los judíos ni los musulmanes aceptan la creencia en un embarazo que pudiera producir un hijo varón sin que la madre hubiese recibido un cromosoma Y… ¡pero esos asuntos biológico-teológicos no vienen al caso!