Todos hemos escuchados una y otra vez a los economistas y políticos diciéndonos que habrá que modificar la previsión social, en todo lo referente a las jubilaciones. Según ellos, el sistema actual está cada vez más cerca de quedar en bancarrota, incluso con las modestísimas jubilaciones que pagan las AFP. La causa, según ellos, es que la gente está viviendo unos 10 años más de lo que se vivía antes. O sea, ha aumentado en 10 años el tiempo en que reciben sus pensiones sin estar trabajando.

Sin embargo, no nos explican cómo es, entonces, que el Producto Interno Bruto de Chile, por ejemplo, que ha llegado a los 254.474 millones de dólares al año, no alcanza para financiar nuestra previsión social. Parece cuestión de aritmética: si Chile, según el Banco Mundial, tiene una actividad productiva de más de 254 mil millones de dólares al año, y somos 18 y medio millones de chilenos, bueno, a cada uno le tocaría una participación de más de 13 millones de dólares al año. ¡Más de un millón de dólares mensuales que producimos con nuestra actividad!

Por supuesto nos explican que esas cifras no son pura ganancia, no, y que la economía moderna, neoliberal, es muy, muy complicada, y que andar pidiendo más puestos de trabajo, mejores sueldos y mejores jubilaciones, es caer en el populismo de los pérfidos comunistas.