El pasado miércoles 13 de marzo se cumplieron 6 años de la coronación del cura argentino Jorge Mario Bergoglio, como el primer papa latinoamericano y también el primer papa que elige el nombre del más humilde de los santos, Francisco, al que llamaron “El Pobrecito de Asis”.

Claramente, y desde su primer día papal, Francisco dejó en claro su voluntad de retomar el programa propuesto por Juan XXIII y desarrollado por Paulo VI a través del Concilio Vaticano II, para cambiar el rumbo de la Iglesia Católica, acercándola y comprometiéndola con la base social del pueblo católico.

Una base social con los pies en la tierra, o en el barro, muy próxima a los modestos curas párrocos, y muy alejada de las pomposas jerarquías eclesiásticas que, desde los tiempos el emperador Constantino, venían prosperando siempre asociadas al poder, la nobleza y la riqueza.

No es este el caso de revisar lo que fue ese período febril, revolucionario, que estremeció al mundo católico entre 1958 y 1978, con el surgimiento de la Teología de la Liberación, de los Cristianos para el Socialismo y del Humanismo Cristiano.

Tras la muerte de Paulo VI, en 1978, fue elegido papa el cardenal Albino Luciani, quien asumió el nombre Juan Paulo I, anunciando con ello su propósito de continuar la revolución de sus dos predecesores, Juan y Paulo. Pero, en fin, usted ya lo sabe: murió a los 33 días de ser elegido. Se dijo que su muerte fue por colapso cardiovascular, o sea, que se murió porque su corazón dejó de palpitar.

Lo enterraron rapidito, rapidito, sin hacerle la autopsia. Y de inmediato se eligió al cura polaco Karol Wojtila, Juan Pablo II, un ultra conservador y antisocialista, quien se apresuró a desarticular las reformas y reimplantar la vieja jerarquía.

A Juan Pablo II le siguió el alemán Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, no tan conservador como Wojtyla, pero en máxima medida responsable del encubrimiento de los casos de pedofilia que están quebrantando a la Iglesia Católica de hoy y que hoy se están usando para atacar al Papa Francisco.

Vamos viendo.