Es realmente horroroso saber que los niños están sufriendo tal miseria y tales hambres, que mientras se dirigen a la escuela aprovechan de escarbar en los tarros de basura con la esperanza de hallar algo, cualquier cosa que les sirva de desayuno.

Por supuesto, Ud. creerá que estoy hablando de Venezuela. Pero no, no es así: estoy hablando de la tercera mayor economía de Europa, Inglaterra. Un reporte oficial emitido por la Resolution Foundation, de Londres, denunció hace un par de semanas que los bajos sueldos, los trabajos precarios y escasos, y la eliminación de auxilios social de parte del Estado, han provocado que en Gran Bretaña, un país con 65 millones de habitantes, la pobreza extrema infantil haya aumentado en un 37%, afectando, fíjese Ud., a unos 4 millones de niños.

El informe, titulado “Visión sobre Estándares de Vida”, señala que un estimado de alrededor de 14 millones de británicos, incluyendo a esos 4 millones de niños, se encuentran en situación de indigencia, muchos de ellos sin casa, por efecto de la contracción económica del país unida a la reducción de los presupuestos fiscales de auxilio, por la política de “austeridad” del gobierno neoliberal.

Oiga, y a Gran Bretaña nadie le está bloqueando o expropiando sus recursos financieros internacionales, o sus depósitos en oro y nadie está aplicándole sanciones feroces para bloquear sus exportaciones.

¿Qué es lo que está ocurriendo ahí, entonces? ¿Y qué está ocurriendo en Francia, donde van ya 16 semanas de protestas callejeras en las principales ciudades, contra la política económica del neo liberal presidente Macron, que además es “co-príncipe” del principado de Andorra?

¿Y cómo es que la potente Alemania, mayor economía de Europa, haya estado en recesión durante un mes y medio, y ahora sólo aspire a un crecimiento económico de un anémico 2%, si es que se alcanza?

Y tengamos claro que en ninguno de esos casos se le puede echar la culpa a una conducción “socialista” de la economía. No. Estamos hablando de la flor y nata del neoliberalismo.

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