Desde la ficción teatral, este montaje cuestiona el corazón mismo de una afirmación, acuñada por el filósofo griego Protágoras (485-411 a.C), que “el hombre es la medida de todas las cosas”.

Una sentencia que tuvo una sofisticada expresión en el concepto antropocéntrico renacentista (siglos XV y XVI), con el ser humano asentado en la conciencia histórica individual -como reacción al teocentrismo medieval-, que en nuestra sociedad contemporánea se convirtió en un mirarse el obligo al margen del mundo que nos rodea.

Varios siglos después, la compañía Teatro de Chile (Prat, Cristo) alude a estos temas desde el “realismo especulativo”, una visión filosófica metafísica y racionalista que, luego de reiterar que los objetos tienen una existencia independiente del sujeto que observa, alude a que no se puede conocer la naturaleza de las cosas.

Así, con la dramaturgia y dirección de Manuela Infante, los actores Cristián Carvajal, Ariel Hermosilla, Héctor Morales, Rodrigo Pérez y Marcela Salinas construyen en escena una ficción en que los objetos parecen formar parte de un mundo paralelo y, como tienen vida propia, se mueven al margen de las decisiones humanas, alterando la cotidianeidad de una familia.

Detalles y sorpresas

Más que sorprendidos se sienten los personajes de la obra cuando los objetos de los lugares que habitan adquieren vida propia.

Sin embargo, luego de las típicas reacciones de rechazo y subvaloración de hechos que no se comprenden, van aceptando esta subversión del orden y, de alguna manera, comparten el espacio con las cosas, cada cual desde sus naturalezas diversas.

Sin negar otras aristas, en esta propuesta resalta el deseo de exponer situaciones y hechos que presionan la reflexión y que instan a relacionarse con la ideas que transporta el accionar escénico.

A su vez, la opción de comedia con momentos dramáticos y personajes delineados de manera gruesa o exagerada, contrastan a propósito con la kinética en general sencilla y delicada, aunque a veces espectacular, de los objetos que se elevan, bajan o se mueven sobre el escenario y el ambiente expectante que generan la iluminación y el sonido.

El humor, un recurso importante de la obra, es fundamental para que la ironía haga temblar las certezas y la inseguridad conmueva a los héroes con pies de barro.

Luego de un extenso trabajo de investigación teórica y escénica, Teatro de Chile logra una propuesta llena de detalles y amplio despliegue escénico, con el apoyo de una maquinaria teatral muy efectiva, fundamental para que los objetos en movimiento lleguen al espectador con credibilidad y que la ficción cumpla su objetivo demostrativo.

Una obra que lanza un baño de reubicación con el entorno al confrontar los valores de la sociedad contemporánea con una manera distinta de relacionarse con el mundo que nos rodea.

Matucana 100. Jueves, viernes y sábado, 20.00 horas; domingo 19.00 horas. Entrada general $ 5.000; estudiantes y tercera edad $ 3.000; jueves popular $ 2.000; viernes de amigos 4×3. Hasta el 20 de Noviembre.