La cara morbosa de la tele realidad

Todos los inicios de un sentimiento son aleatorios, los dispara una arritmia súbita, una canción, la visión fugaz, un encuentro fuera de agenda o una penumbra que no nos permite ver bien y nuestra imaginación completa el resto. También se incluyen las obsesiones y fijaciones como desencadenantes. En ocasiones nos flecha una idea, una palabra que suena bien. El músculo que funciona como una bomba nos avisa de presagios e intuiciones y sin embargo la ansiedad tira más. Una persona emocionada y ansiosa es pura energía que necesita acciones que la ocupen y preocupen.