Si me lo permiten, y sobre todo en esta época del año, la frase que resume este 2015 en este ámbito es: La TV cambió. Qué duda hay de eso a estas alturas. Las audiencias confirmaron su liquidez y su escasa lealtad. El público cambió su forma de comportarse. Ya no podemos pensar en las audiencias sólo desde la perspectiva de lo masivo, hay que entenderlas como lo que son: distintos grupos, con distintos intereses, y que gracias a la multiplicidad de ofertas ya no son simples ovejas que siguen una tendencia.
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