Perdón (por) si acaso

Pedir perdón se ha convertido en una banalidad. Recurren a él los que se han tropezado con las palabras cometiendo una injusticia (Ezatti), los que lo piden diciendo no saber en qué falta han incurrido (Koljatic), los que dicen haber sido engañados (Otto Dörr) y los que han sentido finalmente dolor en que han participado (Francisco). Con la excepción del Papa, las otras son todas peticiones de perdón falso; falsos testimonios de arrepentimiento y de humildad.

Columna de opinión de Fernando Balcells, Director de Chile Ciudadano.