Los argentinos son unos corruptos

Es un terremoto en Argentina. Gracias a un chofer que durante 10 años anotó todo, se supo de las coimas que grandes empresarios pagaban a los Kirchner, marido y mujer, para ganar licitaciones de obras públicas. Fue una serie de casualidades lo que permitieron destapar el secreto: un chofer con espíritu de contador que se pelea con su esposa, esta lo denuncia, él esconde los cuadernos en casa de un amigo, el amigo lo traiciona y los hace llegar a un periodista, el que investiga obsesivamente para dar con la verdad. Nosotros no tuvimos esa suerte, ni esas casualidades. El asunto es que no las necesitábamos. Aquí, la corrupción fue de as instituciones que se corrompieron, desde la presidencia para abajo. Y dejaron a los ciudadanos desnudos.