El actor y director Juan Pablo Rosales parece no plantea algo exagerado cuando convoca inundar el país con arte teatral, “más allá de la pandemia y la crisis que se vive”.

Piensa que sólo hace eco de lo que exige la realidad actual, “hacer cambios profundos en la sociedad chilena”, con la participación de las artes como acción artística y social.

“La sala Tessier”, dice Juan Pablo, “está invitando a repensar desde el teatro qué se visiona para el nuevo Chile que la mayoría quiere, en medio de la crisis social, política y cultural”.

“Pisagua”

Por eso, no es coincidencia que sea “Pisagua”, la primera obra en cartelera para el inicio de la reactivación 2020-2021, obra del dramaturgo iquiqueño Carlos Briones y del joven director Gustavo Alonso Carrasco al frente de la cia. Siamesas.

“El teatro tiene que reflexionar, cuestionar y aportar respecto de la educación, las pensiones, la justicia y las discriminaciones de género, entre otros temas fundamentales”, reafirma Rosales.

Estimular el diálogo

(P): ¿De la contingencia saldrán los temas predominantes?
(R): “Invitamos a los creadores a que sus trabajos planteen al público qué se requiere para dibujar una nueva visión de Chile, temas que estimulen el diálogo.

“Desde enero tendremos funciones presenciales con las obras que no se pudieron mostrar por la pandemia y será interesante una conversación entre artistas y público”.

(P): ¿En qué se diferencia con lo hecho hasta ahora en sala Tessier?
(R): “Este proceso de reactivación de la sala tiene hoy cierto respaldo del Mincap, al adjudicarnos un Fondo de Emergencia para Organizaciones Culturales, lo que nos permite desarrollar actividades virtuales y presenciales, luego de repensar nuestro quehacer.

“Estamos en calle Dardignac, en el margen del Barrio Bellavista, y hemos mantenido el espíritu independiente de un espacio que no censura ni veta obras y que busca mejorar las condiciones para la acividad de los artistas”.

“Pisagua”

(P): Por ahora, “Pisagua” se mostrará por internet…
(R): “Es la versión virtual de una obra que llega desde Iquique, lo que habla de descentralizar, de cómo se redistribuye el poder”.

Presencial y virtual

(P): ¿Cómo evalúas la experiencia virtual, realizada en este período?
(R): “Nutritiva. Ha permitido una conexión amplia y territorial. Ahora, si lo exhibido es teatro o no… Tengo mis dudas. Creo que falta mucho por pensar y resolver en esto.

“En todo caso, ha sido una experiencia distinta, híbrida, que ayuda a establecer diálogos: creo que es importante que los espacios culturales mantengan lazos permanentes con la comunidad.

“También ha provocado cambios en las dinámicas del trabajo y en lo personal, porque el confinamiento obligó a generar nuevas formas de vincularse”.

(P): ¿Crees que perdurará lo virtual en el teatro?
“Creo que sí, aunque prefiero lo presencial: no es comparable con la exhibición online, donde no se siente la relación de los artistas y el público. Lo importante es usar el recurso e indagar. Vamos a ver qué resulta”.

Obra iquiqueña

Gustavo Alonso Carrasco (24), director de “Pisagua”, escrita por Carlos Briones, tiene clara la historia de esta localidad nortina, aislada entre el mar y el desierto.

Fue utilizada como campo de concentración para presos políticos por varios gobiernos, entre otros, de Carlos Ibañez y Gabriel González. Luego del golpe militar de Pinochet (1973), hubo alrededor de 2.500 presos políticos y un alto número de asesinados y detenidos desaparecidos.

El director también averiguó que en la época del salitre en el lugar hubo electricidad, alrededor de 10 mil habitantes y un teatro que hoy está “destruido con la esperanza que lo favorezca alguna política pública cultural”.

“Hay una deuda pendiente allí. El concepto de cultura, agrega, debe ser interpelado con diálogos y cuestionamientos, porque desde allí surge la cultura”, agrega.

Cuenta que la obra plantea cómo los santiaguinos hablan de un espacio que no les corresponde y qué representa para la nación, en “un acercamiento visual”, con cuadros que reflexionan, a partir de los problemas del lugar.

Para ello utiliza distintos formatos –documental, narrativo, ficcional-, a través de los ojos de “un santiaguino blanco y heterosexual que, sin haber estado en la localidad, construye miradas, basadas en prejuicios: que la gente del norte vive en un desierto árido y come chumbeque”.

Junto con “Pisagua”, la programación de la sala Tessier incluye un Ciclo de Entrevistas (17 de diciembre, Claudia Fernández, actriz y directora) y Clases (16 de diciembre: Archivos de Teatro en Chile, con Viviana Pinochet).

Sala Tessier. 5 y 6 de diciembre, 20.30 horas. Entrada general $ 2.000