Que el cincuenta por ciento del público sea habitante del lugar, ubicado en un área rural a 50 kilómetros de Talca, es uno de los mayores éxitos del Festival La Trilla de las Artes de Llongocura que, en su sexta edición, contempla una programación con once obras.

Al frente está Héctor Fuentes, actor, director y gestor cultural, cuya porfía frente a las inclemencias presupuestarias coincide con el sentido de la palabra Llongocura, “cabeza de piedra” en mapudungún… Porque ha sido capaz de construir y darle dignidad y calidad a un espacio escénico no convencional.

Anfiteatro de Llongocura.
Anfiteatro de Llongocura. | Cedida

“Llongocura está a 50 kilómetros de la costa, por el camino que va desde Talca a Curepto, detalla Fuentes, son 20 hectáreas que cuenta con un anfiteatro y rucas donde los artistas invitados comparten e intercambian experiencias”, cuenta.

Y agrega: “Nos gusta vincular el trabajo creativo con la naturaleza en un ambiente con amplia participación del público rural cercano al lugar”.

Discursos diversos

¿Cómo evalúas el festival bajo el concepto de turismo teatral?
“Nos hemos mantenido durante seis años: la idea es entregar producciones ágiles, obras teatrales con fuerte discurso en lo político, pero que no sean ladrillos discursivos.

“Que no sean panfletos, que tengan cercanía con la gente, que muestren la realidad social pero que no le hablen a los mismos de siempre.

“Al público lo conectamos con cabañas y espacios cercanos para instalar carpas, ubicadas a alrededor de cinco kilómetros de donde hacemos teatro”.

¿Cuál es el perfil de la programación 2020?
“Programamos obras para toda la familia y propuestas con mayor densidad para adultos, incluso obras que pueden ser censuradas en algunos circuitos por su mensaje político”.

"El vino" | Cedida
“El vino” | Cedida

¿Algunos títulos?
“Tenemos obras familiares e infantiles, como el cuentacuentos ‘El Chano’, ‘Los microbios de Alicia’, ‘El juego de las burbujas’ y ‘Los payasos de la esperanza’…

“También el unipersonal ‘Quilapán’, dirigido por José Antonio Fuentes, inspirado en un cuento de Baldomero Lillo, sobre la usurpación de la tierra mapuche; en ‘El vino’ al público se le enseña a catar, además de repasar fragmentos de la historia de Chile; y ‘Cuadrilla 14” la protagonizan cuatro temporeras que trabajan en la fruta para una compañía transnacional”.

¿Ponen restricciones?
“No, no ponemos restricciones: Llongocura es un espacio no convencional al aire libre no sólo en lo temático, también damos espacio a obras de la región en proceso de desarrollo.

“Y por eso, en la parte final del Festival exhibiremos ‘Irán #3037’, la obra más dura de toda la programación: la referencia es ‘La venda sexy’, casa de tortura, violencia sexual y política durante la dictadura, una obra de Patricia Artés, una mujer militante…

“En realidad, buscamos que el festival La Trilla de las Artes sea inclusivo, que sus obras le hablen a la gente común, que no alejen al público y atraiga más audiencia para el teatro”.

VI Festival La Trilla de las Artes de Llongocura. Región del Maule. 16 al 18 de enero