Cada uno de los estereotipos televisivos -infidelidad marital, hermana amante del cuñado, hija que es de otro padre y lisiada…
El galán que seduce con la palabra (hasta que lo pillan), la heredera que nadie se imaginó; más la elegancia en el vestir, el ocultamiento de los sentimientos y las emociones y el amor corriendo a chorros…
Todo esto y más trae esta comedia musical que, apoyada en afamadas canciones románticas de Luis Miguel, Emmanuel, Yuri y Pimpinela, entre otras, se plantea como un homenaje a los grandes melodramas latinoamericanos.
Una acaudalada familia, integrada sólo por mujeres, pierde la tranquilidad del hogar cuando salen a la luz traiciones sentimentales y la llegada de un antiguo amor de la mayor de las hermanas.
Son circunstancias que develan rivalidades y envidias apenas ocultas, confrontaciones en la cuerda de la comedia que se entregan con un sesgo actoral exagerado, relamido y casi farsesco.
La obra, co producida por Cultura Capital y Teatro Nescafé de las Artes, con la dramaturgia y dirección de Los Contadores Auditores, se autodefine como kitsch.
En este estilo escénico, asociado a un público masivo y opuesto al minimalismo, la palabra y el gesto corporal se amplifican como ostentación de un alto nivel social.
Una historia que presiden las letras de las canciones, en coincidencia con los conflictos en escena y las conductas de sus personajes, en un montaje de situaciones cómicas extendidas hasta el paroxismo.
Riesgos y claves
Este formato escénico, absolutamente arriesgado si no se maneja bien, exige un alto nivel actoral y vocal para que las canciones, interpretadas en vivo, se conecten con el relato y en la ficción parpadee la ironía que la acompaña.
En general, el elenco juega sus cartas con energía y responde con efectividad la exigencia de una dirección que promueve un ritmo desbordante y la simpatía escénica, fundamental para que el conjunto resulte entretenido.
Claves son los actores Gabriel Urzúa y Gabriel Cañas, dos especialistas de la comedia musical chilena actual: aportan dos lenguajes corporales que se complementan y un atractivo y potente nivel interpretativo.
Antonia Santa María, Dayana Amigo, Emilia Noguera, Montserrat Ballarín y Mariela Mignot lucen sus vistosos personajes en el estilo, con naturalidad y aplomo.
El factor técnico-artístico es otro soporte de esta producción cuando alude al mundo acomodado de sus protagonistas y a la cultura Miami que se percibe.
Mansión elegante, vestuario como si se estuviera en fiesta permanente, maquillajes acentuados, cabelleras artificiales en hombres y mujeres.
Coreografias vertiginosas y canciones sentidas al extremo, cómicas o desgarradas, con el acompañamiento en vivo de la banda que dirigen Juan Pablo Ortega y Felipe Martínez.
Una comedia musical chilena que representa un género que llegó para quedarse en nuestros escenarios, si se considera que ya cuenta con, al menos, una decena de producciones en los últimos años.
Nescafé de las Artes. Manuel Montt 032. Fono 2 236 3333. Viernes 10, sábado 11 y domingo 12. Viernes y sábado, 20.30 horas; domingo 19.30 horas. Entradas de $ 10.000 a $ 18.000.